jueves, 10 de diciembre de 2015

El Síndic de Greuges cree que la residencia de Agramunt debería trasladarse

Creo que todo el mundo debería leer esta noticia aparecida hace unos días en la prensa.

Volvemos a hablar de la residencia de Agramunt en la que murieron residentes por una avenida de agua que no fue avisada con suficiente antelación.

Ahora el Síndic de Greuges, o defensor del pueblo catalán, emite un informe en el que critica que se hubiese concedido la licencia en su momento para construir una residencia en una zona inundable. O sea que reparte la culpa entre la Generalitat y el Ayuntamiento.

Pero también tiene reproches para la residencia:


"Sobre el plan interno de autoprotección de la residencia, ha considerado "incoherente" que algunos dormitorios de los usuarios con movilidad reducida fueran ubicados en el semisótano en contra de su propio plan, algo que actualmente se está enmendando"

Lo cierto es que encontrar que la residencia ha actuado mal me parece como mínimo injusto.

Lo que sucedió fue terrible pero, cuando la residencia fue visitada al día siguiente por policía y varias inspecciones la tónica dominante era que los gestores del centro no habían actuado mal.

Ahora plantea el Síndic que se expropie el centro y se traslada a una zona no inundable.  

Aquí ya entramos en terreno exótico.

Aunque la Ley permita la expropiación, si la administración la llevase a cabo, el coste de expropiar, no sólo la residencia sino todos los edificios de la zona sería elevadísima.

Más bien me parece que las plantas bajas y semisótanos quedarán para usos diferentes a dormitorio y el servicio de emergencia de Catalunya se preparará para ser mucho más meticuloso a la hora de avisar cuando dentro de unos años vuelva a producirse una avenida de agua.

Hasta entonces.  Reconocimiento por la labor que llevan a cabo las residencias para personas mayores en Agramunt y en todas las poblaciones. 


martes, 17 de noviembre de 2015

¿QUÉ IVA DEBERÍAN PAGAR LAS RESIDENCIAS GERIÁTRICAS PRIVADAS?

Hace unos días leí en la prensa que la Fundación Edad y Vida reclama un tipo de IVA único del 4% para las residencias de tercera edad privada, sea cual sea el tipo de prestación y la titularidad del servicio.

Para entender lo que pide la Fundación hay que entender que actualmente el IVA que pagan las residencias  en España depende de varios factores por lo que, según quién presta y quién paga, este puede oscilar entre la exención y el 10% (este fue el título que puse a un post de 2012 donde explico este perverso abanico).

Ahora Edad y Vida razona que "es necesario considerar los servicios de atención a la dependencia (centros residenciales, centros de día, teleasistencia y servicios de atención a domicilio) como servicios de primera necesidad y, como tales, establecer el IVA súperreducido para los mismos, lo que “contribuiría a mejorar el acceso a este tipo de servicios” (fuente)

Estoy totalmente de acuerdo con esta propuesta que se ha presentado a los diferentes partidos políticos de cara a las próximas elecciones generales.  Y de hecho me iba a poner a escribir argumentos a favor de tal reducción, como el del retorno que supone, el alejamiento que se ha producido en los últimos años entre la capacidad adquisitiva de los posibles usuarios y el precio de las residencias, entre otros.

Pero resulta que de todo eso ya he escrito en este blog por lo que me permito invitar a los lectores a releer algunos de los posts de hace algún tiempo y a dar su opinión (si de paso alguien quiere difundirlo en su perfil de redes sociales, mejor).

Sobre por qué el IVA debería ser único y del 4%  (diciembre de 2012)
Sobre el calculo del retorno económico que produce gastar en dependencia (Octubre de 2012)



jueves, 5 de noviembre de 2015

¿De verdad se ha inundado un "asilo de ancianos" en Agramunt?

La noticia trágica de esta semana ha sido sin duda la muerte de cuatro personas que vivían en una residencia de mayores en Agramunt (Lleida) a causa de una avenida de agua.

Cuando escuché la noticia por la radio me quedé helado. Por desgracia, que de vez en cuando haya un incendio en una residencia y que, como consecuencia muera algún residente, es algo terrible pero no inaudito.  En cambio, que una residencia pueda inundarse con tan tristes consecuencias sí me lo pareció.

En seguida quise saber algo más sobre lo que había sucedido y allí fue cuando la sorpresa se convirtió en parte en abatimiento.

Esto es lo que leí en "El País"


Esto es lo que apareció en la portada de "El Periódico" al día siguiente


Yo pensaba que a estas alturas la idea de que las residencias de personas mayores son establecimientos donde se prestan servicios profesionales de calidad ya estaba implantada en la sociedad.

Los "asilos" eran lugares donde antiguamente se ofrecía, por caridad o beneficencia refugio a personas desvalidas. Se les daba lo mínimo para subsistir y se les hacía vivir en condiciones precarias. Aún así cumplían una función social ya que la otra opción era la muerte en la miseria.

Las residencias de hoy, entre ellas la de Agramunt, son edificios adaptados con un equipo de profesionales preparados que suelen asistir a personas mayores dependientes, que en muchos casos requieren de atención permanente y que, ¿por qué no decirlo? Lo suelen hacer muy bien.

Antes iban a los asilos los que no tenían ninguna otra opción, los pobres menesterosos los que, según el dicho popular "no tenían donde caerse muertos".  Hoy día van a a las residencias algo menos de un 4% de la población mayor, reciben cuidados profesionales y , en muchos casos, viven sus últimos años y mueren en unas condiciones mucho mejores de las que tenían en sus casas.

El problema de las residencias es que el servicio que prestan resulta costoso y hay muchas personas que necesitarían vivir en una pero no pueden hacerlo porque no pueden pagar el precio ni encuentran a una administración dispuesta a hacerlo por ellos.

La residencia de Agramunt se construyó hace 10 años con todos los requisitos de accesibilidad, arquitectónicos y de funcionamiento que exigen las administraciones. Dispone de todas las licencias, autorizaciones y acreditaciones posibles, recibe inspecciones periódicas (al menos una al año) que acreditan su buen funcionamiento, y, aún así ha sufrido la desgracia.

Siempre hay diferentes formas de explicar la realidad. Cuando los periodistas utilizan la palabra "asilo de ancianos" predisponen negativamente a quien lea la noticia, algo que considero terriblemente injusto.

Creo que las administraciones tienen que investigar por qué ha sucedido la desgracia.  Cómo es posible que una crecida del río pueda inundar una zona habitada sin que los habitantes tengan un aviso. Más que nada para evitar que algo parecido pueda suceder.

Si yo fuera periodista creo que hubiese puesto el foco en ese punto.  Supongo que como no lo soy  me me conformaré escribiendo este blog, enviando el pésame a las personas cercanas a las fallecidas y mi ánimo a todo el equipo de la residencia Ribera del Sió.



jueves, 29 de octubre de 2015

¿Ha llegado el momento de vender la residencia?

 Recientemente el propietario de una residencia de mayores, cliente y amigo, me hizo la pregunta que da título a este post: “¿Ha llegado el momento de vender la residencia?”.  Me encantaría poder responder con un “sí” o un “no”,  pero soy incapaz.  En vez de eso planteo una reflexión en la que creo se puede encontrar algo parecido a una respuesta.

Creo que para empezar hay que tener en cuenta que el sector empresarial de las residencias de personas mayores es algo relativamente reciente.

Si comparamos las residencias que había en España en 1990 y las que hay en la actualidad vemos que la cifra se ha multiplicado por entre cuatro y cinco.  Si analizamos el perfil de lo que había hace veinticinco años y lo que hay ahora nos encontramos con que se ha pasado de un sector de “residencias de monjas” y  de “pensionistas de la Seguridad Social”, con pocas residencias privadas, a otro mucho más variado en el que conviven algunos centros públicos (con diferentes modalidades de gestión)  con muchísimas residencias privadas (con y sin ánimo de lucro), desde las de formato familiar hasta las cadenas  pertenecientes a grupos multinacionales pasando por amplio abanico de variaciones.

El sector se ha sofisticado y complicado mucho durante este cuarto de siglo.  La separación entre lo público y lo privado se ha difuminado tanto que hoy muchas residencias públicas están gestionadas por empresas y muchísimas residencias privadas tienen como primer cliente a una comunidad autónoma que les concierta plazas o se las financia a través de algún tipo de prestación.

La demanda puramente privada ha variado también a medida que el “residente social” se ha ido transformando cada vez más en “residente sociosanitario”; este factor junto con el aumento del número de residencias, la crisis económica y la subida en los costes, ha segmentado la demanda haciendo más difícil cubrir las plazas ahora que hace unos años y obligando a muchos centros a vivir lejos de la plena ocupación a la que venían acostumbrados.

A todo esto, el sector está viviendo un momento peculiar y con un marcado elemento gerontológico:  muchas de las personas que fueron emprendedoras durante los últimos años y decidieron invertir en el proceloso mundo de las residencias están  alcanzando ellos mismos la edad de jubilación y se plantean qué hacer ahora.
  
Cada vez es más común, encontrar a una “segunda generación”, a la cabeza,  o acompañando en la gerencia de residencias que montaron sus padres.  Hijos de los promotores, que en muchos casos han orientado su carrera profesional hacia lo geroasistencial y aportan el dinamismo y adaptación al cambio necesario en estos momentos.   

Pero tampoco resulta extraño encontrar al empresario que no descarta la salida. En algunos casos, el negocio está ahora algo mejor que el año pasado pero bastante peor que hace cinco y el empresario no se siente con fuerza de tirar adelante.  En otros, la residencia se ha convertido en inviable si no se acometen reformas importantes por lo que sigue adelante aunque sin una perspectiva clara de qué pasará (“Me sale más caro cerrar que seguir”), y, aún en otros, la residencia funciona razonablemente bien y los propietarios desean obtener un rendimiento con la venta o traspaso acorde con los rendimientos que produce.

Lo interesante del momento actual es que, después de un paréntesis de cierta atonía, coincide el aumento de número de propietarios de residencias que se plantean la venta o traspaso de su negocio, con el de personas y grupos que están buscando invertir en el sector.  Aunque hablo de empresarios como si estos fuesen siempre personas físicas, lo mismo se aplica a empresas de otros sectores que invirtieron en el geroasistencial.

Por supuesto que invertir en una residencia hoy por hoy supone asumir importante riesgo.  Pero también lo es que en los próximos años vamos a vivir un incremento considerable en el número de personas mayores y que, si finalmente la salida de la crisis se convierte en una realidad palpable y las normas de colaboración con la administración se consolidan, la demanda de plazas crecerá.  Así las cosas, si se selecciona bien, estamos en un buen momento para entrar.

En definitiva,  estamos en un buen momento para que todos los propietarios de residencias, grandes y pequeños; “solidarios” y mercantiles, hagan un pequeño examen de conciencia empresarial y se imaginen cómo van a estar dentro de cinco años.

Como a pesar el aumento de costes, los precios de las plazas se resisten a subir, estos van a seguir siendo años de racionalizar costes e intentar hacer “más con menos”.  Como la demanda parece seguir encaminándose hacia un tipo de residente con necesidades mucho más sanitarias, el modelo y la orientación de la atención deberá caminar en ese camino pero sin dejar de lado las preferencias y deseos del usuario (por la tendencia hacia modelos de atención centrados en la persona) lo que va a requerir un esfuerzo de cambio y adaptación constante.  Ese mismo cambio va a obligar a dedicar más tiempo a la captación de clientes privados y públicos lo que supone aumentar el esfuerzo dedicado a la comercialización y a intentar captar residentes con financiación pública.

Todo esto sumado al día a día de la residencia que ya es de por sí complicado.

Si es momento o no de vender la residencia depende, así, en primer lugar de cómo está la propia residencia (situación económica, adaptación a normativas actuales y nuevas, posibilidad de tener plazas públicas, aspectos jurídicos y expectativas de ocupación privada); de cómo está la propiedad (estado de ánimo para seguir adelante) y de las expectativas que se tengan de la venta.


De lo que estoy seguro es de que en los próximos tiempos vamos a ver que muchas residencias se hacen el planteamiento y llegan a una respuesta afirmativa y que, en la situación actual, van a encontrar con quién llegar a un acuerdo.

miércoles, 14 de octubre de 2015

Residencias en Cataluña: Por qué mejoran las cosas para las concertadas y no para las colaboradoras

Hace ocho años en Inforesidencias.com hicimos una serie de seminarios con la intención de intentar orientar a las residencias en un momento peculiar en el que la Ley de Dependencia llevaba muy poco en funcionamiento y la nueva Llei de Serveis Socials de Catalunya estaba a punto de entrar en vigor.

Era el último año en que la Generalitat publicó una convocatoria para que una residencia fuera centro colaborador y nosotros recomendamos a quienes vinieron a los seminarios que, todo aquél que pudiese, haría bien pidiendo "la colaboración" y ofreciendo algunas plazas a la administración.

Sabíamos que la situación más adelante sería peculiar ya que ni la Ley de Dependencia ni la nueva Ley Catalana preveían que existiese el sistema de "colaboración" sino que se centraban en el concierto de plazas.  Nosotros pensamos entonces que valía la pena intentar ser centro colaborador para tener más posibilidades después de convertirse en centro concertado que es lo que acabaría imponiéndose.

Pocos años después, cuando la Generalitat convocó la contratación de 4.000 plazas concertadas, recomendamos a quien nos quiso escuchar que era bueno entrar en el concierto.

Han pasado los años y hoy siguen existiendo plazas de colaboración y de concierto (muchas más de las primeras que de las segundas) y, a medida que la Generalitat ha ido concertando plazas, entre las residencias colaboradoras se ha ido generando una sensación de expectativa y preocupación.

Recientemente la Generalitat ha anunciado una serie de medidas que van a aliviar algo la situación de las residencias concertadas, por ejemplo que podrán cobrar a partir de 2016 un 85% del precio de la plaza desocupada durante los primeros 15 días posteriores a la baja del residente; o que se va a poner en marcha un programa de estancias temporales de "respiro".  Estas medidas se suman a otras, como la existencia de un protocolo para evitar los impagos por parte de los residentes.  

Los únicos centros que pueden beneficiarse de esas medidas son las residencias concertadas, no las colaboradoras.

La pregunta surge rápidamente:  ¿por qué?

La clave está en que cuando una residencia concierta plazas con la administración lo que está haciendo es "convertir esa plaza en pública".   Una residencia concertada emite una factura por la estancia del residente a la Generalitat que es en ese caso su cliente.  El residente que vive en una plazas concertada y paga una cantidad no recibe factura por el copago ya que teóricamente ese copago se lo paga a la administración y ésta paga el 100% a la residencia.  En realidad, y para facilitar las cosas se hace que el residente  pague directamente su parte  al centro.

El hecho de que la plaza concertada sea una plaza pública hace que la administración esté obligada a ocuparla  y pagarla y que  la residencia no pueda disponer de ella libremente.  Todo lo relativo a la misma se regula en un contrato público que ha firmado con la administración después de un proceso de "contratación pública" con bastantes requisitos burocráticos y con una limitación temporal que obliga al centro a tener que "volver a concertar" al cabo de unos años.   Resulta farragoso pero supone una situación de cierta seguridad para el centro.

Una residencia colaboradora tiene un régimen bastante diferente. La plaza de colaboración es una plaza privada. La residencia se presentó a una convocatoria, cumplió unos requisitos y ofreció una serie de plazas a la administración. 

Cuando un usuario es beneficiario de una plaza de colaboración  recibe una ayuda para pagar su estancia en la residencia y él o ella ponen la diferencia hasta alcanzar el precio que ha acordado el centro con la Generalitat cuando ofreció sus plazas al programa.  Esas plazas son privadas y por eso las residencias colaboradoras no facturan nada a la Generalitat sino que todo se lo facturan al usuario. Esa es la clave de la diferencia.  

Lo cierto es que la situación es un poco más compleja ya que, para según qué cosas, las plazas de colaboración se asimilan a las de concierto (a los efectos de las estadísticas de la dependencia se consideran como prestación de servicio y no como prestación económica) y, además se les permite, como a las concertadas, acoger a usuarios beneficiarios de Prestaciones Económicas Vinculadas sin necesidad de obtener una acreditación especial.

A pesar de esa cierta confusión, lo que está claro es que el SISPAP (sucesor del ICASS)  no tiene ninguna obligación de ocupar las plazas de las residencias colaboradoras y que, en la medida en que la colaboración dejó de estar en la Ley desde 2007, tarde o temprano será un  modelo que desaparecerá.

Mientras tanto, parece que, cuando la Generalitat se plantea y negocia medidas que puedan suponer alivio para el sector de las residencias geriátricas catalanas, su interés se centra en las concertadas y no en las colaboradoras.  Por supuesto que puede explicar esa preferencia por motivos legales: le resultaría muy difícil pagar por plazas colaboradoras desocupadas pero no le costaría tanto apoyar a las residencias colaboradoras que sufren impagos o incorporar plazas de colaboración en el futuro programa de respiro.  Sencillamente no le interesa hacerlo.

Viendo cómo actúa la Generalitat en esta materia, muchas residencias colaboradoras se preguntan ¿y por que no nos pasan a residencia concertada y ya está?

Eso es otro problema que presenta complicaciones particulares y sobre el que escribiré la semana que viene.  De momento, felicidades para las residencias concertadas que a partir de Enero podrán volver a cobrar un 85% durante 15 días por las plazas desocupadas, algo que pudieron hacer durante un tiempo y después perdieron.

domingo, 11 de octubre de 2015

LO ÚLTIMO SOBRE LA CUALIFICACIÓN DE LAS GEROCULTORAS: AHORA 2017

En la última reunión del Consejo Territorial de la Dependencia que ha tenido lugar el 7 de Octubre de 2015 los representantes del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad  y de las comunidades autónomas han llegado a una serie de acuerdos que han sido publicados en la web del Ministerio.

Titulaciones, cualificaciones y perfiles. 

Se establecen unos requisitos:

- Titulación superior para directores de centros de atención a personas dependientes (residencia de tercera edad, centros de día, centros de noche..).

- Cualificación profesional de Atención Sociosanitaria a Personas Dependientes en Instituciones Sociales para cuidadores y gerocultores que presten sus servicios en centros o instituciones sociales.

- Cualificación profesional de Atención Sociosanitaria a Personas en el domicilio para quienes realicen las funciones de asistencia personal a personas en situación de dependencia, así como para auxiliares de ayuda en domicilio.

Para las categorías profesionales que no se correspondan con titulaciones universitarias, el Acuerdo indica que se fijarán los perfiles profesionales más acordes con las funciones que deban realizar y que estén basados en la cualificación, acreditada a través de los correspondientes títulos de formación profesional, certificados de profesionalidad o vías equivalentes.

El Acuerdo contempla una habilitación excepcional para los mayores de 55 años (a 31 de diciembre de 2015), en las categorías profesionales de Cuidador/Gerocultor, de Auxiliares de Ayuda a Domicilio y Asistente Personal que cuenten con una experiencia de al menos tres años, con un mínimo de 2.000 horas trabajadas en esa categoría profesional en los últimos 10 años.


Calidad de los servicios. Los requisitos y estándares sobre recursos humanos irán dirigidos a garantizar la adecuada prestación del servicio, tanto en número de profesionales, como en su formación y actualización para el desempeño del puesto de trabajo.

Calendario. Los requisitos relativos a las cualificaciones profesionales serán exigibles a 31 de diciembre de 2017, y en todo caso, cuando finalicen los procesos de acreditación de la experiencia laboral que se hayan iniciado antes de esa fecha.

Estabilidad del sector. Hasta que finalice dicho plazo, la falta de acreditación no tendrá efectos sobre los trabajadores que estén participando en estos procesos o en un programa formativo que le habilite, ni sobre las empresas o entidades prestadoras de la atención, ni afectará a las Administraciones Públicas.

¿Qué quiere decir todo esto?

De momento NADA DE NADA.

Y me gustaría que a todo aquel que lea este post, esto le quede muy claro.

Tal como escribí hace cuatro años en "La leyenda urbana de la cualificación de las gerocultoras", como la competencia sobre "asistencia social" corresponde en exclusiva a las Comunidades Autónomas, lo que dice o acuerda el Consejo Territorial no tiene aplicación directa sobre las personas sino que únicamente sirve como criterio para que cada comunidad autónoma apruebe su propia normativa que sí es obligatoria.

En principio, los criterios que establece el Consejo Territorial deben ser seguidos por las comunidades, pero cuando no lo son, no pasa nada.  Un buen ejemplo es el Acuerdo de acreditación y calidad que determinaba que todas las comunidades autónomas debían disponer de un decreto de acreditación antes de acabar 2008.  Casi todas ignoraron totalmente esa indicación y de hecho, comunidades como Cataluña, Madrid o la Valenciana, todavía no han aprobado su Decreto de Acreditación.

Por eso, tanto las residencias, centros de día y servicios de ayuda a domicilio, como las personas que trabajan de gerocultores deberían hacer dos cosas:

1. Intentar obtener la cualificación profesional por la vía que les sea más cómoda.
2. No preocuparse demasiado por el plazo que establezca el eventual acuerdo sino por el que aparezca en la normativa de la comunidad autónoma en la que se encuentren.

Esto que digo ahora se parece mucho a lo que dije hace cuatro años.  Entonces mucha gente estaba preocupada por lo que tenía que pasar a finales de 2015.  Después, un buen día, todo quedó en nada mediante un "papelito" del Consejo.

Ahora dicen que el plazo acaba a finales de 2017, que quien tenga más de 55 años y experiencia queda exento y que el plazo no es para obtener la cualificación sino para estar inscrito en algún proceso de obtención de la misma.

O sea, que siguen mareando la perdiz.

Si no fuese porque la atención a personas dependientes es algo muy importante y que requiere de la intervención de profesionales formados, casi podría dar risa lo mal que lo están haciendo.  Pero la verdad es que nadie se está riendo.

martes, 22 de septiembre de 2015

Necesitamos coordinación sociosanitaria, pero también "intersanitaria"

Desde hace un tiempo sigo un blog interesantísimo que se llama "Diaris de Trinxera" (Diarios de Trinchera) en el que profesionales de la salud pública catalana, concretamente de los servicios de atención primaria, comparten sus experiencias y reflexiones.

Tienen posts de todo tipo, siempre relacionados con la atención sanitaria primaria, por lo que, a menudo tratan de casos relacionados con personas mayores.

Uno que he leído en los últimos días me ha llamado la atención y me ha hecho pensar que, entre los que trabajamos en el sector geroasistencial la necesidad de una verdadera coordinación e integración sociosanitaria nos parece algo primordial, pero, entre los que trabajan en el ámbito sanitario, especialmente en atención primaria, lo verdaderamente indispensable es que exista una mayor coordinación entre ellos y la atención especializada.

Leed este post (el original está en catalán) y decidme si no tienen toda la razón.

Rosa padece una enfermedad de Alzheimer en el grado más evolucionado. Depende totalmente de su cuidadora. Ni si quiera es capaz de mantener la cabeza erguida. Hace años que la conocemos a ella y a su cuidadora, la hija. La dedicación al cuidado de su madre es excepcional. Nunca hemos visto a Rosa desnutrida, deshidratada, sucia, mal vestida o con riesgo de llagas.

Un día Marta se va a consultar al neurólogo del hospital que había visitado a su madre hace más de 5 años. El neurólogo, sin ver la Rosa, le prescribe citicolina, folato, vitamina B y otros fármacos ... Y, según la hija, el neurólogo le dijo que "cuando salga un medicamento nuevo, su madre podrá mejorar" ...

¿Mejorar? Rosa está en un estadio 7f del Alzheimer. No puede ser peor. De hecho, si hubiera un estadio más evolucionado, Rosa estaría en él... Ningún medicamento puede servir para mejorar nada. Sólo se pueden generar expectativas absurdas, o sufrir los efectos adversos de una medicación que el neurólogo ha prescrito sin ver a la paciente ...

Desde mi consulta de atención primaria me pregunto... ¿Cómo es que un neurólogo de un hospital de tercer nivel prescribe medicamentos para una paciente que hace años que no ve? ¿Es correcto hacer eso? ¿Qué dice el Código Deontológico de prescribir medicamentos a pacientes que no se ha visitado?

El neurólogo ¿no ve que, con su actitud, desautoriza a los profesionales médicos y de enfermería que realmente estamos viendo la Rosa? Quizás tendría que coger el coche, hacer los 50-60 km que lo separan del domicilio de la Rosa, ver cómo está realmente y, con esta información, decidir el tratamiento.

O si lo cree conveniente, nosotros, los profesionales del consultorio que hace años vemos la Rosa y Marta,  conocemos a su vida, sus dificultades, su entorno... podemos proporcionarle información útil para tomar decisiones clínicas. 

Estamos a su disposición.

Le agradeceríamos, sin embargo, que no genere expectativas poco realistas en Marta. Y que no prescriba medicamento fútiles, dada la situación clínica de Rosa. Porque lo hace el neurólogo del hospital de tercer nivel?

Agradezco a los promotores del blog Diaris de Trinxera por autorizarme a traducir y difundir este post y espero que la coordinación intrasanitaria se sume a la sociosanitaria en la lista de prioridades de los planificadores públicos.


martes, 15 de septiembre de 2015

Cuidar ancianos en el futuro: ¿residencias o cárceles?

Hace poco he leído en una revista que las cárceles en Japón se están llenando con un perfil de interno inesperado: los ancianos. Por primera vez en la historia de ese país, los mayores de 65 años han cometido mas delitos que los delincuentes de entre 14 y 19.  Aunque, según el artículo, los jóvenes tienen todavía una propensión ligeramente mayor a delinquir, en términos absolutos, debido al alto nivel de envejecimiento de la población de Japón, las personas mayores son ahora responsables de más hurtos, peleas o comportamientos similares que pueden llevar a uno a la cárcel.

Qué hace a los mayores delinquir más es algo que no está claro, lo que sí lo está, si se visita una cárcel nipona es que en algunos casos parece más una residencia de tercera edad que un centro penitenciario.

Aunque el artículo de The Economist deriva hacia el tema de la delincuencia juvenil, me ha abierto la curiosidad y he encontrado otro en Bloomberg en el que trata más a fondo lo de los mayores en las residencias japonesas.

Resulta que el 25% de los reclusos japoneses tienen más de 60 años.

Además, cuando se habla con ellos  y se les pregunta por qué cometen los delitos que les hna llevado a la cárcel resulta que el 8 por ciento dicen que es la falta de motivación por la vida, mientras que el 7 por ciento dice que lo que es motivó a delinquir era la frustración. El cuarenta por ciento vive solo y el 53 por ciento dijo que no tenía amigos.

O sea, que resulta que algunas de las personas mayores que delinquen lo que tienen de verdad es un problema social que podría mejor resolverse utilizando servicios sociales como una residencia de ancianos.

El fenómeno tiene consecuencias para las arcas públicas Japonesas: El estado gasta anualmente 3,2 millones de yenes (unos 24.000 Euros) en mantener interno cada preso, más o menos el doble de lo que gastaría en una prestación del sistema de protección social.

Los costes de mantener a alguien entre rejas está incrementándose también cuando, cada vez hay más reclusos que necesitan que se les alimente en la oca, se les vista o se les ayude a caminar.  Por ese motivo, aunque Japón es uno de los países con menos reclusos por cada 100.000 habitantes (49 presos cada cuando España tiene 141, y los Estados Unidos, 698  Aquí se puede ver la población reclusa en todos los paises) ya están poniendo en práctica programas para ayudar a los ancianos a "salir de la cárcel y no volver".

Aunque la sociedad Japonesa no se parece mucho a la española quizás nos debería hacer reflexionar sobre cómo pueden cambiar las cosas cuando la población mayor crece mucho, baja la natalidad, el número de ancianos  que viven solos  y con pocos recursos crece y los servicios sociales no tienen mecanismos de respuesta adecuados.



martes, 8 de septiembre de 2015

Acabo de regresar del III Congreso internacional de residencias y servicios para adultos mayores que ha tenido lugar estos días en Mérida (Yucatán-México).


Estos congresos son una muy buena ocasión para complementar los viajes geroasistenciales que organizamos en Inforesidencias y que nos suelen llevar a visitar países europeos de los que consideramos “más avanzados” (Suecia, Holanda o Suiza).

La primera vez que fui a México a impartir un curso hace ocho años fui con la idea de llegar a un país en el que todo estaba por hacer desde el punto de vista gerontológico.  México es un país joven en comparación con España (9% de mayores de 60 años frente a 23%) y el sector de atención a mayores dependientes no está muy desarrollado.

No obstante, en las cinco ocasiones siguientes en las que me han invitado a impartir clases o conferencias he conocido experiencias, proyectos y realidades que me han hecho entender que los europeos también tenemos cosas que aprender de México y de América Latina en general.

Durante este último viaje he conocido a profesionales de la atención a mayores de Colombia, Argentina, Brasil y Ecuador, además de muchas ciudades mexicanas.  Por ejemplo al director de una residencia cerca de Bogotá donde la mayor parte de los residentes conviven con sus mascotas en la habitación sabiendo que la residencia les ofrece el servicio de paseo de los animales así como la supervisión de que cumplan todos los requisitos sanitarios. He conocido el caso de una residencia creada con un modelo hotelero y que se ha transformado en un verdadero centro sociosanitario; un grupo de empresas y administraciones que han creado un clúster de turismo sanitario en una zona cercana a la frontera estadounidense para atraer a mayores de ese país que quieran recibir tratamiento o realizar la convalecencia en hospitales y residencias de la zona; además de haber podido ver proyectos de residencias que no tendrían nada que envidiar a las que he conocido en diferentes países europeos.

Por supuesto que muchos de esos profesionales se quejan de dejadez por parte de los políticos o de un cierto desinterés por parte de una sociedad que no ve todavía el envejecimiento como problema social.  Pero las quejas contrastan con la cantidad de proyectos nuevos que he ido conociendo, alguno de los cuales cuentan con la participación de cadenas de residencias españolas que han encontrado a aliados mexicanos para implantarse allí.

A mí, en estos años se me ha caído la venda de los ojos y voy a México con la misma ansia de aprender cosas nuevas que cuando voy a Estocolmo.

Durante el congreso impartí una conferencia sobre cómo ha ido evolucionado el modelo de residencia en los últimos años; sobre los requisitos de personal/ recursos humanos y su repercusión en la calidad y; sustituyendo a Karin Palmlöf, una profesional sueca de la que vamos a oír hablar mucho en los próximos tiempos, participé en una ponencia sobre jardines terapéuticos exponiendo modelos de los que hemos visto en los viajes geroasistenciales en Estocolmo, Viena o Zürich.

El próximo congreso se celebrará en Ciudad Juárez (Chihuahua – México) en Septiembre de 2017 y, al tener lugar en una ciudad que está en la frontera con Estados Unidos, se centrará de forma importante en la jubilación de estadounidenses en México y las oportunidades de negocio para empresas extranjeras en ese país.


Si todo sale como está previsto, aún volveré a tierras mexicanas antes de finalizar el año para asesorar en un proyecto de envejecimiento activo.  Lo cierto es que el desplazamiento se hace un poco pesado pero es un place trabajar con los profesionales que hasta ahora he conocido.

Si a alguien le interesa el tema puede ver lo que escribí en 2012 después de volver de otro congreso en México, o sobre una residencia mexicana y lo que escribí en 2009 después de volver de Chile.

martes, 1 de septiembre de 2015

Cómo hemos cambiado. Los precios de las residencias privadas en 1998 y en 2015

Buscando entre papeles de hace unos años para preparar una clase me he encontrado con una presentación que hice el 2 de marzo de 1999 en la III Jornada de Derechos y Obligaciones de Residencias organizada por la Universidad de Barcelona en el Palau de les Heures.

Por aquél entonces yo trabajaba en la Generalitat y los datos que presenté (y que tendrán todos los que asistieron al acto) se referían al precio medio de los cinco últimos ingresos en residencias geriátricas catalanas.

Los precios entonces se mostraban en pesetas, pero los he convertido en Euros para facilitar las cosas.

Los datos se referían a  residencias de mayores mercantiles en 1998 y, se habían ponderado dando más peso a las residencias más grandes.

La conclusión fue que el precio medio era de 139.475 Pesetas +IVA, o sea  838€ al mes.

Esta es una de las transparencias que utilicé en la presentación y muestra como la mayor parte de las residencias tenían precios entre los 700€ y los 900€




Hace diecisiete años las residencias más económicas eran aquellas que tenían menos de 25 plazas, tal como  muestra este otro gráfico.


Lo interesante para entender la situación del sector entonces es relacionar estos precios con la capacidad adquisitiva de una persona.

Tomando datos del INE, en 1998 el salario medio en España era de 1.322 Euros al mes y en Cataluña de 1.496 Euros al mes.  El salario base de una gerocultora era de 553€.

O sea que en 1998, con un mes de salario medio se podían pagar 1,8 meses de estancia en una residencia de tercera edad privada.  Se necesitaba, en cambio el salario de una gerocultora y media para pagar esa misma estancia en el geriátrico.

Veamos que pasa ahora:

En 2014 (datos publicados) el salario medio mensual en España es de 1.634 Euros, en Cataluña sube hasta los 1.715€.  El salario base de una gerocultora es de 959,27€/mes

El precio medio de una residencia geriátrica privada es de 1.829,81€ mes en el conjunto de España y de 1.847,60€ en Cataluña.

O sea que, con un salario medio no alcanza a pagar el precio medio de una residencia (alcanza para el 93%) y hace falta, casi, el salario de dos gerocultoras para poder afrontarlo.

Sin ningún género de dudas, una residencia de 2015 tiene una estructura de gastos totalmente diferente a una de 1998:  Para empezar cuenta con más personal, con un equipo de profesionales más extenso; si es de nueva construcción, con más metros cuadrados y con otros costes administrativos que hace diecisiete años no existían vinculados con requisitos de protección de datos, riesgos laborales, legionela...  Por lo que en realidad, el hecho de que haya subido el precio de la residencia por encima del de los salarios, no comporta  necesariamente que hayan aumentado los beneficios sino que lo han hecho los costes.

Como prueba de ello, la normativa de residencias calatana aplicable a  los centros que acogían usuarios "de colaboración" en 1998 exigía únicamente una rátio de 0,27 de atención directa y una del 0,12 de atención indirecta, con la obligación de disponer de un director y un responsable higiénico sanitario (médico o enfermera).  El equivalente de 2015 requiere, para acoger a usuarios de alta dependencia una ratio de atención directa del 0,42 con presencia, además de gerocultoras, de médico, enfermera, fisioterapeuta, trabajador social, educador social, terapeuta ocupacional y psicólogo.

Sabiendo que eso es así, se produce un problema importante para las residencias de tercera edad privadas que no financian las estancias de sus clientes con fondos públicos, y es un progresivo divorcio entre oferta y demanda.

Aunque, para hacer el cálculo hemos tenido en cuenta el salario base de las gerocultoras, sabiendo que el salario real suele ser superior.  El hecho de haber considerado el mismo dato en 1998 y 2014 da más solvencia a la comparación.

La pregunta es clara.  ¿Podremos mantener un sistema de atención residencial de calidad si se ensancha mucho más la diferencia entre los ingresos individuales y el coste/precio  del servicio?

Una primera adaptación a la nueva situación lleva unos años produciéndose.  Las familias retrasan la decisión de ingresar a un ser querido en una residencias de tercera edad.  Hace unos años, cuando con la pensión y "poniendo un poco cada hijo" muchos podían asumir el coste de una residencia, había ingresos de personas con un determinado grado de dependencia.  Ahora la mayor parte de familiares esperan hasta que les resulta totalmente imposible continuar ofreciendo el cuidado por lo que ingresan en los centros personas con unas necesidades de atención mucho más elevadas.

Las residencias se han ido adaptando a esa situación y muchas son verdaderos centros sociosanitarios que ofrecen servicios cuasi hospitalarios, pero ¿podrán ofrecer servicios cada vez más complejos sin incrementar sus costes?

Creo que estas son algunas de las preguntas que se deberían ir planteando en los próximos meses.

He utilizado datos de de residencias geriátricas de Cataluña porque son los que tengo más a mano y me gustaría mucho que alguien pudiera aportar los de otras comunidades, especialmente los referidos a 1998 para que pudiéramos crear ese mapa del "coste real" o sea, lo que le cuesta a un salario medio pagar la estancia en una residencia de mayores.




sábado, 1 de agosto de 2015

¿Eres una máquina o una persona?

Ha empezado el verano y aprovecho para mezclar lecturas de novelas y de algún informe interesante que he guardado durante el año.   En éste sobre proyecciones de la población en España se dice que en 2050 la población española de más de 65 años estará entre el 35 y el 41% cosa que coincidirá con una bajada importante en el número de personas entre 16 y 65 años.  También he puesto hace poco una noticia en Inforesidencias.com sobre robots en residencias.

La pregunta me ha venido automáticamente:  ¿Quién me va a cuidar cuando lo necesite?

Algo estaba yendo de forma diferente.

No solía despertarse cuando le hacían en cambio postural que necesitaba varias veces durante la noche.   No podía moverse por sí mismo por algo que tenía que ver con una lesión agravada por su avanzada edad y eso era suficiente para que, si nadie lo hacía por él, le pudieran aparecer úlceras en la piel si no cambiaba de postura.

Llevaba un tiempo en la residencia de última tecnología a la que le habían ingresado sus hijos y en ese tiempo no sólo habían conseguido estabilizar su estado sino mucho más.  Pocas semanas antes de ingresar nadie pensaba que se pudiera recuperar tanto.  Ahora pensaban que recuperaría la marcha

"Hablaré con la enfermera de la mañana para ver por qué están siendo tan bruscos esta noche.  O mejor aún, lo hago ahora".

- ¡Hola!.  Quiero hablar con la enfermera.

Una voz femenina dulce aunque algo impersonal respondió desde un altavoz camuflado en el techo.

- Hola señor Márquez, ¿se encuentra bien?

- Sí, pero es la segunda vez que me despiertan al hacer el cambio.

- Por favor, señor Márquez, diga si necesita atención urgente o de otro tipo.

- Quiero que no me despierten al hacerme el cambio.

- Le envío una unidad de asistencia.  ¿Quiere que hablemos mientras llega?

- No. Pero, ¿va a venir alguien?

- Hasta luego señor Márquez.

Al cabo de un minuto sonaron unos golpecitos en la puerta y una voz "Hola señor Márquez, voy a pasar".

- Sí, adelante...  

La unidad de asistencia era un aparato del tamaño de una nevera pequeña de la que sobresalía en la parte superior una pantalla plana.   En la pantalla podía verse la cara de una chica joven que sonreía.

- Hola señor Márquez, voy a tomarle de la mano un momento ¿me permite?-  al decirlo se abrió sin ruido una puerta alargada de un lado del robot y una extremidad móvil se acercó a la mano del residente cogiéndola entre cuatro dedos de tacto suave, sin apretar, casi como una caricia.-  Veo que está un poco nervioso. ¿Hay algún problema?

- Me despiertan al moverme.

- No lo entiendo.  Voy a conectar con la cama. - la cara de la joven seguía sonriendo desde la pantalla.- Sí, ya lo veo. Perdón señor Márquez.  Veo que que hay un  cambio no querido en los micromovimientos que hace la cama.   Voy a ver si puedo arreglarlo desde aquí, si no, mañana un informático puede reprogramarla desde mantenimiento.   ¿Qué prefiere que haga, dejo que durante la noche los cambios sean más bruscos o desconecto la cama?

- Si la desconecta, ¿vendrá alguien a ayudarme a moverme?.  

-  Eso es problemático.  Desde la unidad de asistencia puedo traerle medicinas, comida e incluso ayudarle a levantarse de la cama o, en este modelo, darle un masaje en las piernas.  Pero no puedo hacerle un cambio postural completo.  Para eso están las camas inteligentes.

- Y ¿no podría venir alguien de verdad?

- Déjeme ver.  Señor Márquez, usted ya ha consumido las horas de asistencia humana que le corresponden según su nivel de atención y su plan individual esta semana. Para obtener más horas debería autorizar un cargo adicional de doscientos créditos.

 - ¿Y tú? ¿No podrías venir en persona?

- Señor Márquez.  Yo ya estoy aquí, esta es "mi persona".

- Pero, tú no eres una máquina ¿no?

- Soy una unidad de asistencia avanzada y estoy aquí para ayudarle.  ¿Quiere que procedamos al cargo adicional?

- No.  Más cargos no.  Desconecta la cama.

- Descanse bien.  Mañana tiene electroestimulación muscular a las ocho después del desayuno.  Vendré a ayudarle.

- Muy bien. Pero no me has contestado.  ¿Eres una máquina o una persona?

- Soy una unidad de asistencia avanzada y estoy aquí para ayudarle. ¿Quieres que te sirva un vaso de agua?


martes, 21 de julio de 2015

Incendio en una residencia: pelotas fuera y marear la perdiz



He esperado unos cuantos días a escribir sobre este tema ya que me parecía que, en los momentos posteriores a una tragedia como el incendio de la residencia de tercera edad de Zaragoza con ocho personas fallecidas, son los periodistas los que tienen que escribir.


Pasados unos días, leyendo diferentes medios de comunicación me parece que lo relevante es que en una residencia que cumplía las medidas de incendios una residentes quemó un colchón generando un incendio y la muerte de ocho personas.


En un primer momento las noticias parecían decantarse por la opción del "terrible accidente" sin buscar culpas, pero al cabo de pocos días una rueda de prensa de responsables de la administración autonómica aragonesa lo lió todo.


Esto es sólo un fragmento de la noticia, tal como la refleja la web de la cadena de televisión Tele5:


La residencia dejó de tener la autorización provisional favorable de apertura por no haber subsanado carencias de mantenimiento e higiénico-sanitarias y no en materia de personal, en el que "no había problemas", ni de incendios, que es competencia del Ayuntamiento de Zaragoza. Además, ha apuntado que hay un expediente en el Departamento y "una investigación" sobre lo ocurrido este fin de semana pero ni este ni en ningún otro caso, "se puede plantear el cierre inmediato de ninguna instalación condicionado a esta situación", ha señalado.

Por su parte, el consejero de Sanidad, Sebastián Celaya, ha remarcado que "los procedimientos administrativos son muy complejos" y, por el momento, "no podemos avanzar más "ya que "estamos en una fase provisional". Sin embargo, se ha comprometido a "ir hasta el final y a tomar las medidas que creamos que debamos tomar".


En el Heraldo de Aragón leemos otras frases interesantes

La resolución del procedimiento definitivo sancionador a la residencia de Santa Fe en la que fallecieron ocho ancianos por un incendio, tras varias actas de inspección fechadas entre 2011 y 2014, consistió en una multa de 1.500 euros por tres sanciones leves por las que no pidió el cierre del centro.

Así lo reflejan documentos como son el Acta de Inspección 40/2014, que propuso la incoación de un procedimiento sancionador, y la resolución del mismo, del 10 marzo de 2015, que se limitó a multar a la residencia con 1.500 euros por tres infracciones leves, sin que en ella constara solicitud alguna de cierre del centro.


Me quedo con la frase del Consejero de Sanidad de Aragón: "Los expedientes administrativos son muy complejos".  Me permito añadir que lo pueden ser para un biólogo marino o para un  mozo de almacén pero no para un funcionario.

Lo voy a explicar de forma fácil:

Decir que la residencia dejó de tener la autorización provisional favorable por no haber subsanado carencias, quiere decir que la normativa  Aragonesa de servicios sociales es tan mala técnicamente que requiere tres autorizaciones para poder abrir una residencia geriátrica.  Primero necesitas que el ayuntamiento te dé la licencia municipal de actividades, después que el gobierno aragonés te dé una autorización provisional y después (cuando a ellos les parezca adecuado) te den la definitiva. 

El sistema es tan malo que hay residencias "no autorizadas" que han funcionado incluso con una "orden de cierre sin ejecutar" durante cinco años. Ya en 2007 el Justicia mayor de Aragón (la versión local del defensor del pueblo) recomendó al gobierno autonómico que mejorase el sistema. Aquí está la prueba.

Así que en Aragón te dan una autorización provisional y puedes estar con ella años y años sin que pase nada.  Si un día hay una desgracia, la administración se cubre las espaldas diciendo que no estás autorizado.

No es el que el sistema sea complejo sino, sencillamente, deficiente.  Por eso, algunos medios, en vez de hilar fino directamente dicen que la residencia geriátrica funcionaba sin autorización administrativa.

Sobre lo de las multas la explicación también es sencilla.  La administración vuelve a marear la perdiz.

Primero dicen que entre 2011 y 2014 se han detectado irregularidades. Que una acta de inspección de 2014 propuso un expediente sancionador y que éste acabó en sanción en 2015 sobre hecho leves que no tiene nada que ver con el incendio o lo que lo pudiera haber causado.

Al hablar de "procedimiento definitivo sancionador" dan a entender que ha habido otros procedimientos "no definitivos" cuando la verdad es que de 2011 a 2014 las inspecciones no habían encontrado nada que sancionar y que  sólo en 2014 la inspección propuso la apertura de un expediente.

Creo que lo que hace el gobierno de Aragón es decir medias verdades (algo que se parece bastante a mentir), con la intención de protegerse ante la tragedia.

Si ha habido una tragedia porque una residente que sufría una enfermedad mental ha quemad un colchón habría que preguntarse si el lugar más adecuado para una persona con una enfermedad mental es una residencia y no sacar a la luz alguna deficiencia leve que extienda sombra de sospechas sobre la residencia sin que nada tenga que ver con el incendio.

Ahora la Comunidad Autónoma va a replantearse la situación y va a comprobar las condiciones de todas las residencias con autorización provisional.  E incluso anuncia un plan de inspección para todas las residencias geriátricas de Aragón ¡A buenas horas, mangas verdes!  Mi experiencia en situaciones similares me hace temer que acaben pagando justos por pecadores y que ahora se haga un "plan de inspección de choque" cuando lo correcto sería mantener una inspección constante basada en la confianza y orientada a la mejora.

Quizás la desgracia de las ocho personas que han muerto en el incendio adquiriría un sentido si sirviese para que, no sólo en Aragón, se plantease la necesidad de tener un sistema racional de autorización de residencias.

Yo creo que lo más lógico sería que la autorización se diese en el nivel local con un único trámite de solicitud de licencia municipal.  Dentro del trámite de la licencia, el Ayuntamiento tendría que pedir un informe a la Comunidad Autónoma, pero de cara al ciudadano sólo habría un trámite.

Dando un paso más, quizás deberíamos plantearnos tener unos únicos requisitos arquitectónicos y de funcionamiento para las residencias a nivel estatal.  Entiendo  que el número de metros cuadrados por cama en una habitación, la anchura de los pasillos o cuantas duchas debe haber en una residencia puede ser algo igual en Cádiz que en Santander.  Siendo la competencia sobre servicios sociales autonómica habría que encontrar la forma en que un "ente técnico independiente" plantease los requisitos y las comunidades los suscribiesen.  Creo que si los requisitos fuesen comunes podríamos generar economías de escala que nos permitirían mejorar, aunque eso ya es otro tema.