lunes, 7 de febrero de 2011

MANERAS DE DECIR LAS COSAS

Cuando digo que la Ley de Dependencia ha muerto y que lo que estamos aplicando es otra cosa algunas personas me dicen que exagero. Después viene la realidad, obstinada y pone a cada cual en su sitio.

Leo en la Voz de Galicia que el gobierno de esa comunidad "relegará la inversión en geriátricos" porque la gente prefiere quedarse en casa.


Leo que “La espera para obtener plaza en un geriátrico ha pasado de 3.000 personas en el 2008 a cerca de mil a comienzos del pasado año. Y ahora, según el Gobierno gallego, no llega al 1% de la población mayor de 65 años y se coloca en solo medio millar de ciudadanos. Una cifra que asociaciones y empresas del sector de atención de la tercera edad estiman como demasiado baja”.

Si miramos los datos estadísticos de la dependencia vemos que a 1 Febrero de 2011 en Galicia el 57% de las ayudas que se reconocen son prestaciones económicas para que un familiar cuide al mayor en su casa (algo que según la Ley es excepcional). A mí no me extraña que en la situación de crisis actual una familia que tenga a un mayor muy dependiente que recibiría una mejor atención en una residencia o en un centro de día prefiera quedarse la pensión del mayor más una ayuda económica antes que querer ingresar en una residencia haciéndose cargo del copago. Lo que me parece mal es que el sistema de la dependencia ofrezca esa opción en un 57% de los casos.

Y aún me parece más perverso que nuestros gobernantes, después de haber inaplicado la Ley claramente, salgan a la palestra diciendo que tendrán que “relegar” la inversión en residencias porque la gente prefiere quedarse en casa.  Por supuesto, son formas de decir las cosas.  Queda mucho mejor pasar por alto lo que dice la Ley y poner el acento en que el gobierno hace lo que quiere la gente, que decir que ese gobierno está optando por la vía más barata y fácil aunque no sea la que mejor garantiza la calidad de vida de los dependientes.

Yo creo que tendrían que “relegar” la inversión en residencias porque no es necesario “invertir” sino “gastar”. Perfectamente podrían utilizar el dinero en la compra de servicios a proveedores privados (con o sin ánimo de lucro), permitiendo al usuario un abanico de elección entre prestaciones de servicios.

Por supuesto que pueden decir que no hacen falta más residencia en Galicia porque la gente no las pide. Pero, como he dicho en otras ocasiones ¿se atreverían a ofrecer dinero a la gente por no ir al médico o por no llevar a los hijos al colegio?

Una buena forma de ver si hacen falta o no residencias en una zona es la comparación. Este es un gráfico del informe Los Mayores en España 2008 que elabora el Imserso.


Resulta que en 2008 (quizás han cambiado mucho las cosas desde entonces) Galicia ofrecia una de las tasas de cobertura más bajas de España.

Que cada uno saque sus propias conclusiones.

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