De ese tiempo se me han quedado algunas películas en la memoria que ahora rebrotan ante determinadas circunstancias.
Así, estos días, a raíz de haber recibido el mensaje de una residencia no hago más que pensar en Hibernatus, una película de 1969 protagonizada por Louis de Funes en la que un explorador que lleva muchos años enterrado en hielo es rescatado y resucitado. La película explota las reacciones de alguien que despierta en un mundo que ha cambiado por completo.
Se me ocurre que alguien podría hacer un remake de Hibernatus y le propongo un argumento más actual y con un toque geroasistencial:
Me imagino a una mujer de mediana edad, empresaria, propietaria de una residencia geriátrica de cien plazas que en 2008 mientras está tranquilamente en su casa sufre un desfallecimiento y cae inconsciente. Una sucesión de imágenes (ambulancia, hospital, médico hablando con marido abatido, mujer en cama, hijos que se hacen mayores, más mujer en cama) nos dan a entender que no ha recuperado la consciencia y que ha pasado unos años en algo parecido a un coma.
Pero, como es una película, la mujer despierta.
Imaginémonos ahora la escena en la que ella, aún desmejorada está sentada con cara de preocupación en un despacho. En la mesa, un hombre con un Ipad y unos cuantos papeles le está dando una información ante la que ella se muestra incrédula.
Ella: ¿Cómo que ya no va tan bien? Pero, ¿No dices que la residencia está casi a plena ocupación y seguimos teniendo setenta plazas de colaboración?
Él: Es que muchas cosas han cambiado desde 2008.
Ella: Sí, ya me han dicho que lo de la crisis acabó siendo verdad. Pero, la residencia está llena.. y además, ¿No está lo de la Ley de Dependencia?
Él: Sí, está casi llena pero, si me escuchas entenderás: Lo que nos paga la administración por atender a los mayores financiados se ha mantenido congelado durante estos últimos años. Encima han empezado a valorar a los residentes de forma más restrictiva con lo que, en la práctica nos pagan menos.
Ella: ¿La administración no ha subido el precio en cinco años? ¿Y los privados?
Él: Por allí no se arregla la cosa. Hace unos cuatro años, muchos de los que pagaban como usuario privado pasaron a "plaza pública" con lo que tuvimos que bajarles la cuota. Después la competencia y la crisis nos obligaron a bajar el precio privado ya que si no no conseguíamos ocupar las plazas. Total que hoy los usuarios privados nos pagan lo mismo que hace cinco años. Bueno, un poco menos ya que nosotros asumimos una de las dos subidas del IVA para que no hubiese una desbandada.
Ella: ¿Dos subidas del IVA?
Él: Sí. La primera del 7% al 8% en 2010 y después otra hasta el 10%.
Ella: Claro, con eso el precio les parece más caro a los clientes aunque para nosotros el IVA es neutro porque lo repercutimos, ¿No?.
Él: No, no fue así. Es que tengo tantas cosas que contarte.... Aunque a los clientes privados el IVA les supuso un incremento la primera vez, la segunda decidimos no aplicárselo del todo y asumir nosotros una parte. Con los públicos fue diferente. A los que tienen concierto el IVA les bajó del 7 al 4% y esto sí tuvo efecto neutro, pero a los de plazas colaboradoras nos obligaron a asumir nosotros la subida con lo que la broma nos ha costado un 3% de nuestra facturación pública, o sea que, entre públicos y privados nos costó más o menos un 2,2% de la facturación total.
Ella: Pero, ¿eso no es ilegal?. Es que me parece una pasada. Me acuerdo perfectamente que los políticos decían que éramos un sector que iba a crear 300.000 puestos de trabajo. Nosotros mismos hemos contratado a mucha gente. Es cierto que a cambio nos dan bonificaciones en las cuotas de la seguridad social pero...
Él: Espera, no sigas. Las bonificaciones también nos las han quitado.
Ella: ¿Pero es posible?
Él: Sí, y calcula que esto se nos come casi otro 3% de nuestra facturación.
Déjame que te explique varias cosas que han pasado:
El IPC desde 2008 a 2013 ha subido un 10,2%, eso quiere decir que nos han subido la comida, el alquiler, así como todos los suministros. Como lo que cobramos a los residentes y a la administración no ha subido en proporción, todo eso que hemos perdido. Nuestro problema, además ha sido que la luz, el agua y el gas han subido muy por encima de la inflación. Imagínate, sólo lo que han incrementado los suministros en estos cinco años se nos lleva el 3,6% de nuestra facturación anual.
Por otro lado, como el convenio colectivo que hemos aplicado hasta hace cuatro días se pactó en época de vacas gordas, hemos tenido que subir el salario a los empleados en un 8% durante tu ausencia. Eso equivale al 5% de nuestra facturación.
Y aún hay más: La administración en estos años ha empezado a pagar de forma errática. Por un lado, todavía no nos han ingresado lo que corresponde al mes de mayo de 2012 y por otro, entre que tardan en tramitar la documentación y en empezar a pagar por un residente nuevo "la pelota" ha ido creciendo. Hace ya un par de años nos vimos obligados a extender la póliza de crédito, contratar una línea de descuento, o sea, a pagar intereses y comisiones que antes no pagábamos. Cada vez nos cuesta más que los bancos nos dejen así que esto nos lleva a tener que gastar en costes financieros un 1,8% de nuestra facturación más de lo que gastábamos hace cinco años.
Ella: ¿Y la Ley de Dependencia no ha hecho nada?
Él: Al principio creíamos que sí, pero ahora me parece que ha hecho más mal que bien. La cuestión es que los políticos han visto que lo que prometía la Ley no se podía mantener y en vez de cambiarla han ido haciendo remiendos y tapujos. Mira un ejemplo: Aquí tengo la valoración que hacían de los mayores en 2008 y la que hacen ahora. En esta columna, lo que a ellos les sale, en ésta, la valoración que hacemos nosotros al ingreso. ¿Ves el cambio? Muchos de los que en 2008 se consideraban grandes dependientes, o sea los que cuesta más cuidar y vienen con un precio superior, ahora se valoran como de dependencia severa.
Ella: ¿Y eso qué nos supone?
Él: Pues que cuesta el mismo esfuerzo atenderlos pero te pagan menos. Mira al pie de la columna. He hecho un cálculo y, si se valorase igual que entonces estaríamos facturando un 3,4% más de lo que facturamos ahora.
Ella: ¿Hay más cosas que hayan cambiado a peor?
Él: Déjame ver... Sí. Dejamos de recibir una subvención que teníamos para formación, cambiaron la compatibilidad del servicio de centro de día..
Ella: ¿Y no habéis podido hacer nada para compensar todo esto mientras yo no estaba?
Él: Sí. Nos presentamos a una concertación de plazas que hubo en 2009 pero como la zona en que estamos no era prioritaria... Además, los que se presentaron y ganaron también han visto cómo las cosas iban empeorando para ellos. Ahora hemos estudiado presentarnos a un concurso para gestionar una residencia pública pero el precio máximo que puedes ofertar es un 8% más bajo que el que pagaban hace cuatro años con lo que no nos hemos atrevido. También pensamos lanzarnos a construir otra residencia en otra zona pero le nuevo Código Técnico de Edificación ha encarecido en cerca de 10.000€ el coste por cada plaza, así que no nos atrevimos sin estar tú para ratificarlo.
Ella: (Con la mirada perdida en el techo del despacho). Pues vaya... O sea que.. entre IVA, bonificaciones, suministros y demás ¿hemos perdido casi un 12% de la facturación?.
Él: No, la bajada es más grande ya que antes la residencia estaba casi siempre llena y ahora tenemos una media de cinco plazas libres. Eso supone otro 4% de merma.
Ella: Me dejas de piedra. ¿Y qué hacemos?
Él: Yo me alegro mucho de que hayas vuelto ya que se nos plantea un futuro difícil y me gustaría que tú cogieses las riendas. Ahora la residencia, aunque sobre el papel pierde un poquito, tiene un problema muy serio de tesorería. La administración nos debe 200.000 euros entre lo que no nos pagaron en julio de 2012 y todos los atrasos generados por ingresos públicos que no tienen regularizada su situación con la administración. Esperamos cobrar algo en Octubre pero, si no se arregla esto podemos hundirnos por falta de tesorería.
Si hacemos caso a la Administración, pronto flexibilizarán algún requisito de los que tenemos que cumplir pero, de momento sólo van a crear una comisión. Además, la última inspección ha escrito en el acta que tenemos que pintar el centro ya que se nota falta de mantenimiento y nos ha "recomendado" que apliquemos atención centrada en la persona y algún programa de eliminación de contenciones. Ya me he informado de qué va y parece bonito pero no sé cómo vamos a empezar ahora esos cambios si no sabemos si podremos pagar a Hacienda el 20 de Octubre...
¿Alguien se imagina cómo puede seguir la película?
Mientras agradezco a quien amablemente me ha enviado un excel con los datos que he utilizado para redactar este post (todos ciertos), invito a quiénes lo lean a escribir en el comentario cómo creen que podría seguir y acabar la película.
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