Fueron dos días calurosos aunque productivos con directores de residencias de siete comunidades autónomas diferentes.
Ante un alumnado variado pude constatar, al igual que en otras ocasiones, que cuestiones como el ingreso en residencias de personas con demencia sigue siendo una asignatura pendiente: tenemos un sistema de internamiento con autorización judicial que ha sido declarado inconstitucional por el TC pero que parece seguirse aplicando en algunas comunidades. Es algo que siempre me sorprende: resulta que lo único sobre lo que tenemos una Ley verdaderamente común para todas las Comunidades autónomas es para la incapacitación y el internamiento. Pues bien, dependiendo de la provincia en qué esté la residencia y de la opinión del fiscal competente se utiliza o no el sistema de autorización judicial para el ingreso en residencias (un sistema pensado para internamientos psiquiátricos que hace aguas por todas partes cuando se intenta aplicar a residencias). También dependiendo de dónde estemos se incapacita a más o menos residentes cuando, si se aplicase la Ley, todas las personas con demencia en fase avanzada estarían incapacitadas y con un tutor nombrado.
Hablar ante un grupo procedente de diferentes comunidades autónomas que cuidan a mayores dependientes también me reafirma en mi convicción de que la Ley de Dependencia es un espejismo.
En fin, muchas gracias a Lares y a la Fundación Pere Tarrés por la invitación y a los alumnos con quien compartí aula y mantel.
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