Una de las peculiaridades del sector de la atención a personas mayores es la gran diversidad de actores que prestan lo que, en principio, es el mismo servicio.
Para empezar, la administración tiene residencias propias en las que trabajan empleados públicos; otras son públicas pero gestionadas por empresas o fundaciones, incluso, hay residencias construidas sobre suelo público por parte de empresas privadas que tienen un compromiso de ocupación pública durante una serie de años.
Existen plazas concertadas que, aunque estén situadas en una residencia privada se consideran públicas porque la administración las ha "comprado", plazas privadas de "prestación económica vinculada" en las que la administración paga al usuario una parte del coste de estancia poniendo él el resto. Y finalmente existen plazas "privadas del todo" en las que el residente paga al prestador la totalidad del coste.
Esta situación hace que, en ocasiones resulte difícil trazar una línea clara que separe lo público de lo privado.
Para complicar más las cosas, dentro de "lo privado" tenemos los "con" y los "sin" ánimo de lucro, a los que algunos añaden con sorna a los "sinónimo de lucro". En principio, una residencia que pertenezca a una orden religiosa, a una fundación o a una asociación benéfica no funciona de forma diferente de otra que pertenezca a un empresario individual o a una empresa. La única diferencia radica, simplificando mucho, en que, los resultados de la explotación, o sea, los beneficios que produzca la residencia, en un caso podrán ser repartidos entre los propietarios y en otro sólo podrán reinvertirse en la actividad. La fiscalidad que tienen las empresas y las entidades sin ánimo de lucro es diferente pero, en muchas ocasiones, aparte de esto no hay diferencia.
El factor que sí produce una clara segmentación en el sector, llegando casi a producir la existencia de tres sectores diferentes, es la "filosofía de la residencia" y digo "filosofía" para evitar hablar de tamaños.
En ocasiones se habla de la gran diferencia entre residencias grandes y pequeñas. Incluso hay quien establece en el criterio del tamaño el factor determinante de diferenciación entre los distintos tipos de centro. Yo creo que el tamaño no es lo más importante, sí lo es en cambio.
Yo creo que existen tres tipos de residencia, con independencia del "ánimo de lucro". Tres tipos con mucho en común entre ellas y mucho que las diferencia de las otras.
1. Residencias familiares: El concepto "familia" en este caso no comporta necesariamente un vínculo familiar entre los que trabajan. Me refiero a residencias que funcionan como una familia. En estas residencias el propietario trabaja en la residencia ejerciendo cargos de responsabilidad siendo, además el trabajo en el centro la actividad principal del dueño (o dueños). Normalmente son residencias pequeñas pero también existen centros de 70 u 80 plazas que podrían encuadrarse dentro de este perfil. Los puntos fuertes de este tipo de residencias es que suele ser bien valorada por sus clientes (normalmente llevan años en funcionamiento lo que les ha generado un sólido boca/oreja) y que, debido a su carácter de autoempresa, en muchas ocasiones ofrecen precios más bajos que su competencia. Los puntos débiles vienen marcados principalmente por la dificultad que muestran para adaptarse a cambios de normativa y aumento de exigencias. Son en muchos casos residencias situadas en inmuebles habilitados con normativas anteriores en los que es difícil hacer obras, además su funcionamiento "familiar" suele generar resistencias al funcionamiento mediante protocolos, registros y programas. Este tipo de residencias es muy numeroso en algunas comunidades autónomas.
2. Residencias empresariales: Lo que caracteriza a este tipo de residencias es la separación entre capital y explotación. Así como las de tipo familiar los ingresos del dueño vienen en una parte importante de su salario como director o gerente del centro, en las de tipo empresarial existe un capital que se ha invertido en el centro y que obtiene un rendimiento de la explotación a través de beneficios. Es posible que en las residencias empresariales el propietario esté en la residencia, pero, a diferencia de las residencias familiares no es un elemento clave y constante en el funcionamiento del centro. Las residencias empresariales suelen tener directores y gerentes contratados que responden ante la propiedad. El tamaño no es lo más significativo, suelen ser de más de 50 plazas, aunque, tal como decía anteriormente, pueden tener 20, 25 ó 150. Además puede ser que una empresa sea propietaria de una o más de éste tipo de residencias. En este perfil, la actividad de residencia suele ser la principal de la empresa, una sociedad que suelen tener pocos accionistas. Aunque existe una gran variedad de residencias con este perfil, la mayoría son edificios construidos al efecto, espaciosos, con equipos de profesionales y sistemas de gestión basados en protocolos y registros. Estos aspectos y el hecho de que se les exija unos rendimientos hacen que sus precios suelan ser superiores al de las residencias familiares.
Aunque parezca una contradicción, dentro de este perfil pueden caber perfectamente muchas residencias sin ánimo de lucro pertenecientes a asociaciones, fundaciones u órdenes religiosas. Insisto, para mí es más poderosa el tipo de centro que la finalidad.
3. Grupos empresariales con liderazgo: Sería una variante de las residencias empresariales con una característica: son cadenas de ámbito superior al de una autonomía (salvo excepciones) y que en su génesis buscaban un liderazgo dentro del sector geroasistencial. Son los llamados "grupos". Una peculiaridad es que casi todos nacieron en los años 90 como actividad secundaria de otras empresas (aseguradoras, constructoras, cajas de ahorro) de forma que la actividad de residencia no es el core bussiness (actividad principal) de los accionistas. Este tipo de empresas tienen una cadena de centros con unos servicios centrales desde donde se lleva la dirección estratégica y aspectos administrativos. Los directores y equipos interdisciplinares son contratados y obedecen a unos protocolos y objetivos de centro y de grupo. Las residencias de grupos empresariales han vivido en los últimos años procesos de fusiones y adquisiciones favorecidos por el hecho de no tratarse de la actividad principal de sus accionistas. Este tipo de centros busca la creación de un modelo de atención diferenciado, potencian la marca y suelen estar situados en edificios amplios con extensos equipos de profesionales y servicios, tanto de atención como hoteleros de nivel alto. Esta combinación hace que, a pesar de poder aplicar economías de escala, suelan tener precios más elevados que los otros tipos de residencia (especialmente si se compara con las familiares), no suelen tener problemas para cumplir requisitos de acreditación o concertación aunque, en muchas ocasiones sus precios estén muy por encima de los que las administraciones están dispuestas a pagar.
Una variedad dentro de los grupos empresariales de liderazgo son algunas órdenes religiosas que, a pesar de no gastar en imagen de marca son verdaderas cadenas con funcionamiento empresarial aunque con finalidades no lucrativas. A pesar de lo último, en muchos aspectos, tienen preocupaciones más cercanas a las de un grupo empresarial que a las de una residencia familiar.
¿Tiene relevancia que existan tres perfiles diferenciados de residencias? Creo que sí, tanta que a la hora de agruparse para interactuar con los empleados o las administraciones estas diferencias hagan que a veces sea imposible que se puedan sentir representados por las mismas asociaciones.
Imaginemos por ejemplo que se quiere hablar con la administración de criterios de acreditación de centros sobre la Ley de Dependencia. Todas las residencias pedirán a las administraciones unas reglas del juego claras, que se mantengan en el tiempo y que se basen en precios justos, a partir de aquí vendrían las diferencias:
Una residencia familiar querrá que los criterios de acreditación sean lo más cercano a los de autorización, de forma que ella pueda acoger a usuarios financiados con dinero público sin incurrir en reformas, a veces imposibles de acometer. Además querrá que los criterios sean únicos para todas las residencias y el precio público también. Para este tipo de residencia que los criterios se dicten en ámbito autonómico o estatal le es indiferente ya que nunca piensa abrir otro centro en otra comunidad. Si se aplican requisitos nuevos, querrá plazos largos de transitoriedad que les permita ajustarse, además, siempre que sea posible querrá que se den prestaciones económicas vinculadas por encima de conciertos (ya que siendo sus precios más bajos tendrá más posibilidad de captar al usuario).
Las residencias empresariales y los grupos querrán que los criterios de acreditación estén por encima de los de autorización (ya que casi todos sus centros superen ampliamente los requisitos mínimos), también querrán que se apueste por una concertación segmentada que se base más en una "clasificación de residencias" más que una "acreditación", o sea que los residentes con más dependencia sean enviados a centros que reúnan más requisitos y reciban un pago superior. Pedirán además que se diferencien claramente los costes hoteleros/manutención de los asistenciales de forma que puedan cobrar más por determinados servicios optativos. No todas las residencias empresariales pedirían todo lo que acabo de exponer pero sí todos los grupos empresariales que además querrán que exista una armonización de requisitos entre las diferentes comunidades autónomas.
Si hablamos de negociación colectiva volvemos a encontrar serias diferencias. Empezando con quién debiera poder negociar desde la parte patronal: actualmente la Ley exige que quien se siente en la mesa represente como mínimo al 10% de las empresas y al 10% de los empleados. Esta exigencia lleva a que una asociación de grupos de residencias que quiera negociar sin formar parte de una patronal más grande, quede fuera por no representar a más de 10% de las empresas aunque sí tenga más del 10% de los trabajadores. Otro tema de debate, ¿Debe ser la negociación de nivel autonómico o nacional? De nuevo surgen diferencias entre los perfiles de empresas. ¿Dónde debe ponerse más ímpetu negociador (si hay que elegir), en salario o en condiciones?, otra vez es muy diferente ser una residencia familiar que un grupo.
Teniendo todo esto en cuenta se pueden entender las dificultades de las asociaciones de residencias "transversales" a la hora de plantear y defender sus posiciones.
Llevo explicando esta visión desde hace algunos años en mis conferencias y clases pero he pensado que, puestas por escrito pueden ayudar a la reflexión. En www.inforesidencias.com hay asociadas en la actualidad más de 700 residencias que cubren todo el abanico expuesto, me encantaría conocer su opinión al respecto.
Hola yo hice un comentario a su anterior artículo y esperaba una respuesta, quería dejar mi nombre,Sonia, pero salió anonimo. Yo no controlo tanto el tema de las residencias como usted. Solo soy licenciada en Pedagogía y como le decía me preocupa que la investigación del alzheimer y enfermedades degerativas del cerebro se paralice y mucho más que sólo sea un negocio. Si usted en los congresos a los que asiste puede plantear esto ya sería una pequeña ayuda esa es mi preocupación.
ResponderEliminarSi las residencias son más grandes,más pequeñas, privadas o públicas, en cualquier caso deberían de respetar los derechos del paciente o persona mayor hasta su máximo, y si lo hacen las aplaudo. Muchas gracias
Buenas noches, soy Elena Lorente, del blog Pozos de Sabiduría y consultora de VEDA (www.vedasabiduria.com).
ResponderEliminarMe parece realmente interesante la diferenciación entre los tipos de residencias y me ha aclarado muchas dudas.
Enhorabuena por su blog y todos sus escritos.
Un saludo,
Elena Lorente
Sonia, perdona que haya tardado en respoter a tu consulta. Estoy de acuerdo con que lo importante es respetar los derechos del paciente. La preocupación porque cuidar a personas con Alzheimer sea "sólo" un negocio también me preocupa. El problema es que las residencias tienen un estigma social. Pocas veces escucho decir de un laboratorio que investiga el Alzheimer que "sólo" está buscando el negocio aunque, estoy seguro de que el día que descubran un medicamento que de verdad palie los efectos de la enfermediad, el laboratorio que lo patente ganará mucho más de lo que ha ganado el sector de las residencias en toda su existencia.
ResponderEliminarCreo que comparto contigo una preocupación por el bienestar de las personas mayores dependientes y creo que éste no es incompatible con que puedan haber empresas que se dediquen a facilitar ese bienestar y con que las que lo hagan mejor ganen más dinero.