viernes, 10 de mayo de 2013

BLOGUISTA INVITADO: ANDRÉS RUEDA, PRESIDENTE DE ASCAD

El Máster en Gerontología Social de la Universidad de Barcelona, dirigido durante casi quince años por el profesor Ricardo Moragas, además de preparar a muchos profesionales sirvió de embrión de una asociación de directores de residencias que, con el tiempo se convirtió en ASCAD (Asociación Catalana de directores de centros y servicios de atención a la dependencia gerontológica).  Esta asociación, que agrupa a directores de residencias geriátricas, centros de día para personas mayores y servicios de ayuda a domicilio, es la que ha promovido, entre otras, la Iniciativa Legislativa Popular  para priorizar el pago de los servicios que reciben los grandes dependientes.

Hoy invito a participar como bloguista a Andrés Rueda, su presidente.  Gracias por tu mensaje


Es muy fácil y un orgullo hablar de ASCAD desde dentro, reconozco que no somos una asociación al uso y por eso quizá no fácil  encuadrarnos. Podríamos decir que somos el lógico proceso evolutivo de aquel espacio de reflexión y contraste de ideas en libertad que significó el Máster en Gerontología Social (MGS) de Les Heures y de aquella embrionaria asociación de directores que nació… como nacen las cosas serias: en el bar, en los intermedios de las clases y alrededor del café cada vez más numeroso de los fines de semana, posiblemente de invierno, de aquel invierno del……..

¡Que te voy a decir, Josep de Martí!,… Inforesidencias.com también tiene en su genética el espíritu MGS de la libertad  siendo hoy un poco la casa de todos, así lo entendemos desde ASCAD y así cobija a la última criatura del “laboratorio de ideas”: la ILP de blindaje del dependiente severo.

Este marco de libertad impregna hoy a todos los “ascadianos” y lo defenderemos “a muerte”: somos una asociación profesional transversal y plural y todas nuestras  acciones nacen de ese debate interno dando origen a posicionamientos, reflexiones y comunicados.

ASCAD ha sido el catalizador para hacer emerger estas filosofías para que se queden con nosotros porque lo necesitamos. Los que tenemos la responsabilidad de hacer funcionar este entramado de la asistencia a la gerodependencia no nos podemos sentir solos como chivos expiatorios contra los que se ceba la normativa con inusual inquina proyectando la parte oscura de nuestra conciencia sobre ese profesional, entonces invisible y que en consecuencia, no se podía defender. Solo quien lea los capítulos de infracciones y sanciones de la Llei de Serveis Socials entenderá porqué tuvimos que plantear una denuncia “a dos bandas” de autoprotección y defensa de nuestros residentes ante fiscalía en agosto de 2012. Fue una “salida del armario del SI SEÑOR” a gritos … que después cada cual manipuló según sus intereses. Lógicamente a quien le gustó menos fue al “poder” que siempre, sea del color que sea, le cuesta aceptar la crítica y tendría que entender con mas naturalidad que la sociedad civil tiene sus instrumentos constitucionales de participación debiendo mostrar siempre un talante respetuoso “con ella y hacia  ellos.” ¿O no?. Esto ya es historia profesional… y marca limites.

En esta línea tenemos otro reto encima de la mesa, la ILP,  que con gran satisfacción sabemos que será cuidada por todas las entidades del sector. La ILP es un verdadero paraguas para la dependencia y sus agentes y pionera del estado español.

Pero no queda ahí el reto: la sostenibilidad, los profesionales, la tipología  de centros, inspección,… por apuntar algunos temas son aspectos que exigen redefinición hacia objetivos nítidos y con trayectorias menos erráticas para afianzar el sistema de la gerodependencia que ahora está demasiado expuesto a vendedores de humo, charlatanes de feria e indocumentados que desde la distancia se permiten meter cuchara, remover y luego,… desaparecen mientras nosotros nos quedamos con el desaguisado. Por denunciar esta necesidad de redefinición desde hace dos años nos han llamado incendiarios, intransigentes, alarmistas,.. y otros piropos. La evidencia es tozuda y ahora hablan de asfixia económica y de riesgo vital del estado de bienestar desde el President hasta el último mono de cualquier conselleria. No estaría mal que se retiraran esas acusaciones hacia nosotros… ó que se repartan entre todos. ¿Harán alguna de las dos cosas?.

Y en el horizonte de nuestro punto de mira tenemos lo que entendemos sería definitivo para todos, el colegio o asociación profesional que, al amparo de la Ley de Colegios Profesionales, normalice y vehiculice aspectos internos que van desde  la deontología, la praxis o la autodefensa, hasta externos como los  sistemas de relación con la administración u otros colectivos del sector. En esas estamos y seguiremos “dando pedales”. 

Andrés Rueda.
ASCAD.


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