Cuando escribí el cuento de la Gemela Siniestra, diciendo que la Ley de Dependencia que estábamos aplicando no era la auténtica sino una versión pervertida de la misma, me sentía bastante pesimista. Pensaba que el engaño iba a seguir adelante y que la situación se iba a ir deteriorando sin que nadie pusiese un remedio, o como mínimo, lo intentase.
Cuando leo ahora que El Gobierno asume el fracaso del modelo de Dependencia y promueve cambios profundos me siento un poco como Casandra, ese personaje de la mitología griega a la que se le concede el don de la premonición y la maldición de que nadie crea sus presagios. Llevo diciendo mucho tiempo que la Ley no era buena ni se aplicaba bien, pero sobre todo, que no era buena. He asistido a decenas de actos, congresos y jornadas en las que muchos ponentes empezaban sus intervenciones hablando bien de la Ley de Dependencia: "es un gran avance social" y cosas por el estilo. Creo que he sido de los pocos de que desde el principio he dicho que lo que era malo no era tanto la aplicación sino la Ley misma. Un texto lleno de contradicciones y brindis al sol que sólo aguantaba un levísimo escrutinio antes de deshacerse.
Parece que ahora han descubierto que la Ley, tal como se redactó y se aplicó, no generó tantos empleos como se pensaba; no unificó los derechos, generó un "laberinto normativo" y al final no sirvió para aquéllo para lo que se había pensado.
Dentro de poco todos estaremos de acuerdo en que "la primera Ley de Dependencia" fue un fracaso desde el principio, que todo el mundo lo sabía. Pero la verdad es que no han pasado ni cinco meses desde que escribí "Pajín en el País de las Maravillas" en donde hablaba de un informe hecho público por la Ministra en la que destacaba lo bien que iba la aplicación de la Ley de Dependencia.
Ahora se han creado cuatro comisiones que trabajarán y expondrán sus propuestas. Me permito aportar mi granito de arena y, como tengo el día vago, en vez de escribir algo nuevo, propongo la lectura de "Acciones necesarias para salvar la Ley de Dependencia" , una entrada de Septiembre de 2008.
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