Algunas noticias necesitan un poco de "lectura entre líneas" para poder llegar a su verdadero significado.
Leo en el Diario Información de Benidorm que el Ayuntamiento de esa ciudad deja de prestar servicio de ayuda a domicilio a 250 dependientes de la ciudad al anunciar el alcalde que, tras rescindir el contrato con la empresa que prestaba el servicio, no piensa renovarlo.
Vayamos por partes:
Antes que nada hay que destacar el papel que los Ayuntamientos han tenido en la fallida puesta en marcha del sistema de atención a la dependencia en España. Muchos de ellos ya prestaban con sus presupuestos servicios de ayuda a domicilio además de atender con sus trabajadores sociales de atención primaria, a los ciudadanos en el momento de acceso a los servicios sociales. Para estos ayuntamientos la Ley ha supuesto un aumento de costes, ya que por un lado el trabajo de los trabajadores sociales se ha visto incrementado considerablemente y por otro, han seguido prestando la ayuda a domicilio.
Por supuesto que los ayuntamientos han recibido dinero para prestar los servicios, pero esta financiación ha sido muy inferior al amento generado por la aplicación de la Ley.
Si unimos esto a la situación de crisis, con la bajada de recaudación de las arcas locales y la necesidad de equilibrar los presupuestos vemos que a muchos ayuntamientos les quedan dos opciones. Seguir contratando el servicio de SAD a empresas sin saber cuándo podrán pagarles por el trabajo prestado o rescindir el contrato y no renovarlo. El Ayuntamiento de Benidorm a hecho lo segundo.
Veamos un poco más en detalle lo que supone la medida: Dice la noticia que se dejan de atender 250 personas de las que 46 son "grandes dependientes". Cuando la concejal del ramo justifica la medida dice una frase que no tiene desperdicio estas personas recibían una atención "máxima de dos horas diarias", por lo que "tienen otros recursos" adicionales y propios, como "personas que las atienden a lo largo de todo el día". Si se puede, se sacará una línea de subvenciones" dirigida a estas personas con mayor grado de dependencia. O sea, que, tal como venimos diciendo algunos desde hace años, la Ley de Dependencia hace que una persona con una gran dependencia, si recibe servicio de residencia, necesite un equipamiento especializado con un equipo interdisciplinar y un programa de atención, pero si se queda en casa, con dos horas al día de SAD tiene suficiente y, si ni siquiera se quiere dar eso, pues una subvención (suponemos que la concejala se refiere a la prestación económica para el cuidador no profesional). Como música de fondo de la frase de la concejal podemos intuir los bramidos de la gemela siniestra: el desinterés total por lo que debería ser importante (que los dependientes reciban una atención profesionalizada y de calidad) y la única importancia de la estadística y el número.
Por supuesto que, detrás de todo esto hay también batalla política. En Benidorm gobierna el PSOE y en la Comunidad Valenciana el PP. El PSOE nacional siempre ha cargado contra el PP Valenciano por la forma de aplicar la Ley de Dependencia por eso, la reacción del PP en Benidorm está siendo dura. Sólo hace falta leer unas palabras de un concejal del PP para ver la dureza: el alcalde ya no sólo chulea a la oposición, sino que también pretende chulear a los beneficiarios de este programa y a las empleadas.
Al final, los protagonistas visibles de la historia son 250 dependientes que no recibirán el SAD (o sea que revisarán su PIA y solicitarán acogerse a la prestación económica para el cuidador no profesional) y los 50 empleados de la empresa que se han quedado sin trabajo.
Los protagonistas invisibles son los dependientes de Benidorm que optaron desde el principio por la prestación económica "excepecional". ¿Cuántos son? No lo sé.
Me permito recomendar a los concejales del PP que bajen el nivel de la crítica ya que dentro de poco les tocará a ellos redactar el certificado de defunción de la Ley de Dependencia y lo que hoy pasa en Benidorm, pasará quizás en otros lugares, siendo ellos los que tomen la decisión y los socialistas los que les critiquen.
Si queremos sacar algo positivo de todo esto, podríamos ir pensando en el futuro, en una nueva Ley de Dependencia que concentre las ayudas universales únicamente para los grandes dependientes y que las concentre en servicios profesionalizados. En ese caso, quizás en Benidorm, no se estaría prestando servicio de SAD a 250 personas (con un máximo de 2 horas diarias) sino a los 50 que de verdad son grandes dependientes pero recibiendo 5 horas cada uno.
Pronto éste será uno de los temas de debate. Vayámonos preparando.
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