miércoles, 13 de noviembre de 2013

BAJADA DE RATIOS EN CATALUÑA. MUCHO RUIDO Y POCAS NUECES (AUNQUE ALGUNA)

Es un hecho que la Generalitat de Catalunya tarda en pagar a los prestadores privados con quiénes contrata la atención de personas mayores dependientes en residencias y centros de día.

Por un lado, debe la parte correspondiente a Mayo de 2012 que debía haber pagado en Julio, algo que quizás resolverá pronto. Por otro, tramita tan lentamente los PIAs, que algunos centros colaboradores tardan seis meses o más en recibir el primer pago tras haber ingresado a un mayor beneficiario de ayuda pública.

En Agosto, ICASS empeoró las cosas al suspender la tramitación de nuevas prestaciones económicas vinculadas y, como guinda está "recalculando copagos" de usuarios dependientes que llevan tiempo ingresados en una residencia de mayores de la siguiente forma:   Si resulta que una residente ha pagado menos de lo que le correspondía (porque quizás "olvidó" comunicar que cobraba una pensión de viudedad), ICASS calcula lo que ha dejado de pagar y le dice a la residencia, La Sra. X ha pagado durante los últimos tiempos 3.452 Euros menos de los que le correspondían, en la próxima nómina que te envíe te restaré esa cantidad, tú ya se la reclamarás a ella.

El sector de las residencias está así en una situación más cercana a la depresión que a la ira.

Pero sería injusto decir que todo lo que hace la Generalitat es negativo.  Se le da muy bien hablar de flexibilización y confianza, de hecho lleva mucho tiempo haciéndolo (miren esto de hace justo un año) y, tanto Cleries como Munté saben, con palabras, agradar.

Ahora, después de muchos anuncios y negociaciones, ha llegado el momento de concretar a qué se refieren con eso de la flexibilización.

ICASS, personificada en su directora general y en un séquito de cuatro subdirectores generales,  se ha reunido en varias ocasiones con altos representantes de las asociaciones patronales y finalmente han alcanzado un acuerdo.  Lo han firmado y lo han difundido. O sea, que havemus pactum.

Pero el pacto que tenemos es sólo eso, un pacto que para surtir algún efecto necesita que la Generalitat se ponga a trabajar, modifique el Decreto de Cartera de Serveis para cambiar las ratios, establezca algún sistema tangible de exigencia de pago a los usuarios de su aportación e inicie un sistema nuevo de concertación que, manteniendo los principios de igualdad y concurrencia, permita concertar las plazas de colaboración.  Aunque pueda parecer poca cosa, puede convertirse en una labor titánica.

Como el acuerdo tiene mucho de ruido pero (hoy por hoy) poco de nueces, alguien parece haber decidido cubrirlo de oropeles y florituras verbales que le den más consistencia.

Así, los amantes del lenguaje artificialmente retorcido, pasarán un rato extraordinario leyendo frases como éstas:

"Se ha optado por hacer una reducción ponderada de la dedicación de las categorías profesionales que tienen una intensidad de intervención directa sobre el usuario inversamente proporcional a su nivel de dependencia.  La dedicación  de las categorías profesionales que tienen una intervención directa sobre el usuario directamente proporcional a su nivel de dependencia (gerocultores, médicos, y diplomados en enfermería) se mantiene inalterado".

"Entendiendo este sector como una red de establecimientos con realidades y dimensionamientos muy plurales, la voluntad de su aplicabilidad, en aquellos servicios con menos margen de actuación será abordada de forma conjunta".

(Groucho, ¿Estás ahí?)

Si despojamos al texto de lo sobrante esto es lo que queda:

- De momento, en el día a día de las residencias todo sigue igual.
- La Generalitat se compromete a publicar un Decreto que modifique las ratios de las residencias concertadas, colaboradoras, acreditadas PEV y gestionadas.  La modificación supondrá reducir la dedicación mínima de algunos profesionales sin hacer desaparecer ningún perfil.

La cosa queda así:

Horas  mínimas de dediación anual por residente según nivel de dependencia

Actual
Nueva
Disminució %
Niveles I II III II III
II III
Fisioterapeuta
17
35
35

20
15

-42,86%
-57,14%
T. Social
17
17
17

12
12

-29,41%
-29,41%
T. Ocup.
0
5
17

5
9

0,00%
-47,06%
E. Social
17
17
17

10
10

-41,18%
-41,18%
Psicoleg
0
17
17

10
10

-41,18%
-41,18%

Ya está, no hay nada más.

Bueno, hay cosas, por ejemplo, el acuerdo dice que la Generalitat ha elaborado un protocolo para ayudar a las residencias a cobrar lo que dejen de pagar los usuarios en concepto de copago, llegando a asumir ICASS la parte no pagada mientras dure el proceso de reclamación.  Si el protocolo ya está hecho el acuerdo no aporta nada, sólo tienen que aplicarlo.

Otro de los puntos trata la priorización del pago de los servicios a la dependencia, un compromiso vacío que se somete a "la medida en que las disponibilidades presupuestarias lo permitan".  Buenas palabras y poco más.

El acuerdo también habla de convertir las plazas colaboradoras en concertadas pero lo fía tan largo que se queda en agua de borrajas.   Dice que en 2014 se va a "trabajar" y se materializará en 2015.   Cuando algo se compromete a tan largo plazo pierde valor.  ¿Alguien recuerda esta noticia de 2010?, ¿Alguien recuerda al Conseller Cleries prometiendo la concertación de 5.000 plazas hace ahora un año?

Insisto en que debemos quitar los adornos que no aportan nada. Pero una vez fuera estos me gustaría felicitar al ICASS y a Benestar Social, por el primer paso, aunque tímido, en la flexibilización que han dado.

He hablado con tres de las organizaciones que han firmado por el lado patronal.  Las tres me dicen que no están contentas con el pacto, que más que flexibilización es una bajada de ratios, pero que lo han firmado porque han visto "algo" en la actitud de la Generalitat que les ha llevado a dar este voto de confianza.

El motivo por el que no están demasiado contentas es porque, en la práctica, las residencias de ancianos que lleven a cabo la rebaja, en los términos establecidos, obtendrán una disminución de costes no demasiado importante y pagando un coste en conflictividad que está por descubrir.  Hubiesen preferido el establecimiento de una ratio global y libertad para conformar el equipo de profesionales según sus necesidades y criterios.

Sea como sea, las Sras. Munté y Fortuny han asumido el compromiso de transformar el pacto en DOGC ya que si no lo hacen se convertirá en papel mojado.   En el proceso ambas tienen ante sí un reto importantísimo ante el que merecen apoyo.

Ojalá hubieran afrontado con más valentía la flexibilización o hubiesen abierto la negociación de un nuevo modelo basado en la libertad de elección por parte del beneficiario entre todos los recursos existentes. Pero, si esto lo ven bien seis asociaciones patronales, alguna virtud tendrá.

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