Hasta ahora he tenido la ocasión de viajar tres veces a México para participar en cursos de grontología social y congresos, como los "Congresos internacionales de residencias y servicios para personas mayores".
Ya lo he dicho entonces y lo repito ahora. México es un país que debemos mirar con mucha atención lo que, para nuestra mentalidad española requiere hacer el esfuerzo de quitarnos de encima nuestros prejuicios y estereotipos.
Cuando volví la última vez, en Octubre de 2012, un amigo que dijo: "Pero allí lo de la atención a mayores está muy mal, ¿No?".
Eso me hizo reflexionar ya que, efectivamente, si comparamos lo que sucede en ese gran país con España podríamos decir que las ratios de cobertura de residencias geriátricas, centros de día o ayuda a domicilio para la tercera edad, son inferiores y los modelos menos desarrollados, pero a diferencia de aquí, cuando vas a un curso de Gerontología o a un congreso de gestores de residencias geriátricas ves una alegría y un entusiasmo que aquí lleva tiempo aletargado. En mi último viaje me explicaron, por ejemplo, un proyecto de creación de una cadena de centros de día, la construcción de varias residencias y de un hospital especializado en el dolor geriátrico. "La financiación no es problema si el proyecto es bueno", escuché en varias ocasiones.
Sucede algo parecido con la situación general de la economía. De forma objetiva podemos decir que, aún ahora, existe un nivel de vida superior en España que en México pero de la misma forma vemos que en España vivimos atenazados por una sensación de pesimismo que hace que los empresarios, trabajadores y población en general miremos expectantes hacia un futuro que nos tememos oscuro, mientras en México los empresarios piensan en invertir, los trabajadores en formarse y se ve el futuro con cierta esperanza.
Por supuesto que es una generalización pero me lleva a pensar que lo que genera optimismo o pesimismo no es tanto el cómo estamos sino el cómo prevemos estar dentro de un tiempo.
Todo esto viene a cuento de lo que me ha pasado esta madrugada: Justo cuando ha llegado la medianoche me he conectado a Skype y he impartido mi primera conferencia on line a un grupo de 20 alumnos de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM) en Toluca.
Ver a un grupo de jóvenes formándose y con la casi seguridad de que, si acaban su formación y lo desean, podrán trabajar en el cuidado de personas mayores ("adultos mayores" como dicen allí) me ha hecho llegar una bocanada de aire fresco y optimismo.
Por supuesto podemos pensar que, una vez formados sus expectativas es ganar unos 350€ al mes con condiciones laborales peores que las de España y por un trabajo que aquí se paga unas tres veces más. Sorprendentemente no me pareció que lo pensasen.
Cuando fui la primera vez a México hace siete años, muchas enfermera me preguntaban qué tenían que hacer para poder venir a trabajar a España. La última vez que estuve, si me hubiese esforzado un poco, podría haber encontrado trabajo allí.
Viendo que esto del optimismo y pesimismo es subjetivo. ¿No nos podrían prestar un poco del suyo?
como vamos a mantener el ánimo en buen estado de salud, cuando, aún con todo el esfuerzo del mundo, vemos morir las pequeñas residencias, que hasta ahora han combinado de manera excelente la profesionalidad y la cercania a la persona...Como vamos a mantener en buen estado, la esperanza, tan necesaria, en nuestro sector y en muchos otros...cuando leemos noticias como la de la próxima macroresidència en Figueres...Las residencias pequeñas y la administracion, tenemos objetivos muy diferentes, lo cual resulta agotador y el humor, en este caso " el buen humor", se ve afectado...aún así, grácias, pq en tu blog, nos vemos reflejados, apoyados y siempre nos sirve de análisis más amplio que el de uno propio.
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