domingo, 8 de febrero de 2015

LA ILP DE LA DEPENDENCIA EN CATALUÑA SIGUE ADELANTE

Durante la semana pasada asistí a un pleno del Parlamento de Cataluña en el que se debatía si la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) que persigue garantizar los pagos por parte de la Generalitat de los servicios que reciben los grandes dependientes, merecía ser tramitada como proposición de Ley.

La cuestión se remonta a 2012 cuando la asociación de directores de residencias ASCAD puso en marcha el proceso de montar una ILP, consiguió recoger 55.000 firmas y llevarlas al Parlament.  Según la Ley, si consigues 50.000 firmas puedes obligar a los Diputados a tratar un tema, o sea a tramitar un proyecto que han redactado los promotores.

Esto está muy bien si, como ASCAD, consigues las firmas, pero deja abierta la puerta a los grupos parlamentarios a presentar una “enmienda a la totalidad”, votarla y, si ganan la votación, dejarte con tu propuesta y tus 50.000 firmas pero sin qué esta se llegue a discutir.

Y eso precisamente es lo que pasó en el Parlament esta semana.

Andrés Rueda, presidente de ASCAD tuvo la oportunidad de presentar la iniciativa y pidió a los grupos que admitiesen su trámite parlamentario.  Viendo a Andrés desde la tribuna de invitados no pude evitar recordar las veces que hemos hablado de este proceso.  En casi todas ellas yo le decía que el govern no dejaría que éste prosperase y la respuesta siempre fue de un convencimiento quasi religioso.  Al fin y al cabo, como él y los otros “ascadianos” suelen repetir, “no pedimos más dinero sino únicamente cobrar en tiempo por los servicios que prestamos”.

Yo me imaginaba que desde CiU habría una respuesta que intentaría ser comprensiva, cómplice aunque negativa, algo así como “Les entendemos perfectamente, sabemos que han sufrido a causa de los atrasos en los pagos, les reconocemos que hayan seguido prestando un servicio de calidad y se lo agradecemos.  Pero, entiéndanos ustedes a nosotros.  Vivimos una situación de tesorería muy tensa y en ocasiones debemos administrar escasez lo que nos obliga a desvestir un santo para vestir otro.  No podemos aceptar esta propuesta porque limita la capacidad de gestión del govern en un momento difícil pero sepan que les apoyamos y estamos con ustedes”.

La verdadera respuesta de CiU vino de una diputada que adoptó una innecesaria pose de rigidez y distanciamiento y que en poco tiempo se opuso rotundamente diciendo que había que saber “quién había detrás” e la ILP y que su partido “no iba a engañar” (esto lo repitió muchas veces).  O sea, dicho de otra manera, dio a entender que estábamos ante un grupo de empresarios que querían cobrar de forma privilegiada y que el aceptarlo supondría de alguna forma un engaño.

La respuesta del propio Rueda y de todos los demás grupos parlamentarios fue que aceptaban que se tramitase la ILP, o sea, se oponían a la pretensión de CiU.

La diputada que había escenificado el rechazo tuvo respuesta a su pregunta:  detrás de la ILP no hay empresas que quieran cobrar antes sino 55.000 ciudadanos con nombre y apellidos y una asociación profesional como entidad promotora.

Los argumentos de los partidos fueron diferentes.  Algunos a favor de la ILP, otros de acuerdo con que se discuta aunque con ganas de modificar el texto.  Todos, con muchas ganas de lanzar reproches al partido mayoritario o entre ellos.

Como hay tantos partidos y todos tenían que hablar…  Y como además, muchos querían hablar de otras cosas más que de la ILP, el acto se hizo en momentos un poco tedioso.  Todos se acusaron entre ellos de querer engañar, de estar engañando o de haber engañado con lo que al final me costaba seguir los múltiples hilos de engaño planteados.  Por destacar dos cosas anecdóticas, la diputada de la CUP dijo que ella lo que defendía era las residencias púbicas (o sea, algo de lo que no se estaba hablando) y Marina Geli, desde el purgatorio parlamentario, tuvo un minuto para decir que también defendía que la iniciativa se discutiese.

El salón de plenos permaneció a medio ocupar hasta que llamaron a la votación.  Entonces llegaron todos:  allí estaba el President de la Generalitat y todas las caras conocidas.

Al final, todos a favor de que se tramite la ILP menos CiU, que viendo la votación perdida decidió empecinarse en quedarse solos.

O sea, que la ILP sigue adelante y con un poco de suerte podrá ser tramitada antes de que acabe esta legislatura después del verano.

Parece que nos acercamos hacia algo que puede ser histórico. 

El haber llegado hasta aquí ya puede ser considerado un gran éxito del que ASCAD es el máximo responsable.  Lo que pase cuando finalmente se tramite el texto como una proposición de Ley…


Eso dará para escribir otra entrada en el blog.

Para centrar el tema:
En Catalunya unos 145.618 dependientes reciben ayudas que les permiten recibir atención, por ejemplo en residencias geriátricas catalanas, centros de día o servicios de ayuda a domicilio.

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