Durante la semana pasada asistí a un
pleno del Parlamento de Cataluña en el que se debatía si la Iniciativa
Legislativa Popular (ILP) que persigue garantizar los pagos por parte de la
Generalitat de los servicios que reciben los grandes dependientes, merecía ser
tramitada como proposición de Ley.
La cuestión se remonta a 2012 cuando la
asociación de directores de residencias ASCAD puso en marcha el proceso de
montar una ILP, consiguió recoger 55.000 firmas y llevarlas al Parlament. Según la Ley, si consigues 50.000 firmas
puedes obligar a los Diputados a tratar un tema, o sea a tramitar un proyecto
que han redactado los promotores.
Esto está muy bien si, como ASCAD,
consigues las firmas, pero deja abierta la puerta a los grupos parlamentarios a
presentar una “enmienda a la totalidad”, votarla y, si ganan la votación,
dejarte con tu propuesta y tus 50.000 firmas pero sin qué esta se llegue a
discutir.
Y eso precisamente es lo que pasó en el
Parlament esta semana.
Andrés Rueda, presidente de ASCAD tuvo la
oportunidad de presentar la iniciativa y pidió a los grupos que admitiesen su
trámite parlamentario. Viendo a Andrés
desde la tribuna de invitados no pude evitar recordar las veces que hemos
hablado de este proceso. En casi todas
ellas yo le decía que el govern no dejaría que éste prosperase y la respuesta
siempre fue de un convencimiento quasi
religioso. Al fin y al cabo, como él y
los otros “ascadianos” suelen repetir, “no pedimos más dinero sino únicamente
cobrar en tiempo por los servicios que prestamos”.
Yo me imaginaba que desde CiU habría una
respuesta que intentaría ser comprensiva, cómplice aunque negativa, algo así
como “Les entendemos perfectamente, sabemos que han sufrido a causa de los
atrasos en los pagos, les reconocemos que hayan seguido prestando un servicio
de calidad y se lo agradecemos. Pero,
entiéndanos ustedes a nosotros. Vivimos
una situación de tesorería muy tensa y en ocasiones debemos administrar escasez
lo que nos obliga a desvestir un santo para vestir otro. No podemos aceptar esta propuesta porque
limita la capacidad de gestión del govern en un momento difícil pero sepan que
les apoyamos y estamos con ustedes”.
La verdadera respuesta de CiU vino de una
diputada que adoptó una innecesaria pose de rigidez y distanciamiento y que en
poco tiempo se opuso rotundamente diciendo que había que saber “quién había
detrás” e la ILP y que su partido “no iba a engañar” (esto lo repitió muchas
veces). O sea, dicho de otra manera, dio
a entender que estábamos ante un grupo de empresarios que querían cobrar de
forma privilegiada y que el aceptarlo supondría de alguna forma un engaño.
La respuesta del propio Rueda y de todos
los demás grupos parlamentarios fue que aceptaban que se tramitase la ILP, o
sea, se oponían a la pretensión de CiU.
La diputada que había escenificado el
rechazo tuvo respuesta a su pregunta:
detrás de la ILP no hay empresas que quieran cobrar antes sino 55.000
ciudadanos con nombre y apellidos y una asociación profesional como entidad
promotora.
Los argumentos de los partidos fueron
diferentes. Algunos a favor de la ILP,
otros de acuerdo con que se discuta aunque con ganas de modificar el texto. Todos, con muchas ganas de lanzar reproches
al partido mayoritario o entre ellos.
Como hay tantos partidos y todos tenían
que hablar… Y como además, muchos
querían hablar de otras cosas más que de la ILP, el acto se hizo en momentos un
poco tedioso. Todos se acusaron entre
ellos de querer engañar, de estar engañando o de haber engañado con lo que al
final me costaba seguir los múltiples hilos de engaño planteados. Por destacar dos cosas anecdóticas, la
diputada de la CUP dijo que ella lo que defendía era las residencias púbicas (o
sea, algo de lo que no se estaba hablando) y Marina Geli, desde el purgatorio
parlamentario, tuvo un minuto para decir que también defendía que la iniciativa
se discutiese.
El salón de plenos permaneció a medio
ocupar hasta que llamaron a la votación.
Entonces llegaron todos: allí
estaba el President de la Generalitat y todas las caras conocidas.
Al final, todos a favor de que se tramite
la ILP menos CiU, que viendo la votación perdida decidió empecinarse en
quedarse solos.
O sea, que la ILP sigue adelante y con un
poco de suerte podrá ser tramitada antes de que acabe esta legislatura después
del verano.
Parece que nos acercamos hacia algo que
puede ser histórico.
El haber llegado hasta aquí ya puede ser
considerado un gran éxito del que ASCAD es el máximo responsable. Lo que pase cuando finalmente se tramite el
texto como una proposición de Ley…
Eso dará para escribir otra entrada en el
blog.
Para centrar el tema:
En Catalunya unos 145.618 dependientes reciben ayudas que les permiten recibir atención, por ejemplo en residencias geriátricas catalanas, centros de día o servicios de ayuda a domicilio.
Para centrar el tema:
En Catalunya unos 145.618 dependientes reciben ayudas que les permiten recibir atención, por ejemplo en residencias geriátricas catalanas, centros de día o servicios de ayuda a domicilio.
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