Esta vez, os quiero hablar de una serie cuyas protagonistas son dos mujeres mayores que muy poco tienen que ver con las queridas Chicas de oro que hace unas décadas pusieron una nota de humor en las tramas ligadas a las mujeres mayores y la vejez.
La serie que recomiendo vívamente también tiene un fondo de humor, pero el punto de partida que lleva a dos mujeres en edad de jubilación a vivir juntas es muy distinto.
Grace y Frankie, dos damas maduras |
La serie arranca con fuerza: La ordenada Grace (Jane Fonda) es una alta directiva de fuerte carácter retirada de la empresa de cosméticos que fundó y la excéntrica Frankie (Lily Tomlin) es una profesora de arte que lleva una vida bastante hippie. Sus tranquilas y dispares vidas de felices mujeres casadas, amigas-enemigas entre ellas, se ven alteradas cuando sus respectivos maridos, Robert (Sam Waterston) y Sol (Martin Sheen), socios de un bufete abogados de divorcios de éxito de San Diego, les piden el divorcio, les confiesan que son homosexuales, que están enamorados entre ellos y que se quieren casar.
Ellas, tan dispares, deben dar un giro de la noche a la mañana, abandonarán sus respectivas casas y se verán obligadas a vivir en la casa de la playa que ambas parejas compraron años atrás, mientras que los dos maridos deciden vivir en la casa que Robert compartía con Grace. Deberán reordenar sus vidas, aprender a convivir, superar las situaciones, volver a trabajar...Se enfrentarán a problemas de salud, a sus hijos, a situaciones comprometidas...e idearán increíbles y divertidos negocios juntas.
No vamos a contar más cosas, pues cada episodio aporta una nueva sorpresa que pone a prueba a estas dos mujeres que en el último tramo de sus vidas deben aprender a vivir de nuevo. Las actrices protagonistas están extraordinarias y se ven acompañadas por un espléndido reparto. Los guiones son ágiles y ocurrentes, de hecho, la creadora de la serie fue co-creadora de la mítica Friends. Lo maravilloso de esta serie es que nos hace caer en la cuenta de que las mujeres mayores tienen algo que decir, que nos son muebles aparcados.
Es una comedia sin perjuicios, llena de vitalidad, donde las mujeres se enfrentas a su propia edad, a la imagen que la sociedad tiene de las mujeres mayores, a sus limitaciones, a los nuevos modelos de vida y familia, al culto a la juventud, etc.
Grace y Franky se comportan como lo que son, mujeres que son personas y no el estereotipo que se espera de dos ancianas.Conducen, han tenido y tienen trabajos, saben usar ordenadores y móviles, son modernas en su manera de peinarse y vestir y, además, sus intereses son variados y no tienen nada que ver labores de costura o ganchillo.
Tampoco sus vidas giran alrededor de sus hijos y nietos. Pese a su edad, y sin importar la opinión ajena, son mujeres interesantes y atractivas, con impulsos vitales y sexuales, con mucho que aportar y una vida mucho más intensa que cuando estaban casadas criando a sus hijos.
Grace y Frankie es una serie protagonizada por dos mujeres maravillosas en la tercera edad, interpretadas por dos increíbles actrices de 80 (Jane Fonda) y 78 (LilY Tomlin). Son un ejemplo de profesionalidad y de amor a su trabajo, de sentido del humor y alegría por ser mujer, mayor y seguir vivas. La serie ha recibido siete nominaciones a los premios Emmy y una a los Globos de oro. Treinta años después de que Las chicas de oro abrieran camino y ya hablaran de todas estas cosas, Grace y Franky siguen mostrando que las mujeres mayores son subversivas, revolucionarias y atractivas. La serie se pude ver en plataformas como Netflix.
Supongo que un día la serie evolucionará al momento en el que estas activas damas maduras tengan que encontrar una residencia de mayores adecuada.
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