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Grupo de profesionales visitando la feria Altenpflege 2016 en Hannover |
A veces, lo llamativo es cómo, la misma realidad puede ser afrontada de formas diferentes, y un ejemplo claro es el uso de contenciones.
En el último viaje a Alemania, en Marzo de 2016, visitamos, además de la feria más grande de productos y servicios de atención mayores de Europa (Altenpflege); una residencia, un centro de día, un servicio de ayuda a domicilio y unas viviendas para mayores. En la feria pude hablar en algunos stands sobre uso de contenciones aunque después, en los centros vimos muy pocos.
De vuelta en casa, que querido buscar algo más sobre contenciones en residencias alemanas y he encontrado algunos artículos interesantes de los que he sacado la información que sigue:
Las restricciones físicas son contrarias a la autonomía y la libertad de los pacientes. Su justificación como medio para controlar la agitación psicomotora y el riesgo de caída se cuestiona cada vez de forma más intensa y con más apoyo científico, debido a que el bien que pretenden alcanzar es menos beneficioso para la persona que los efectos negativos que produce el mero hecho de aplicar la contención física o farmacológica.
La legislación alemana establece claramente que los pacientes en hospitales y residencias geriátricas tienen el derecho al libre movimiento de su cuerpo.
Las restricciones físicas deben ser excepcionales y en cualquier caso el último recurso después de haber probado otras alternativas. El uso de restricciones físicas en los hospitales alemanes requiere o bien el paciente preste su
consentimiento escrito o autorización judicial si la persona no es capaz
consentir. Las restricciones físicas son toleradas excepcionalmente en el caso de una emergencia, si una persona en un momento concreto muestra un comportamiento violento o claramente peligroso
A pesar de que, durante las visitas a residencias que hemos hecho en los viajes organizados por Inforesidencias no hemos visto muchas contenciones, según algunos estudios (http://bmcgeriatr.biomedcentral.com/articles/10.1186/s12877-015-0086-0) éstas existen.
Aunque en Alemania, las normas legales prohíben el uso de contenciones físicas con la excepción de los casos claramente definidos, su uso sigue siendo una práctica común con una prevalencia de alrededor del 25% de los residentes con al menos una contención física durante un período de 12 meses. Si se cuenta todo el tiempo que un residente pasa en una residencia geriátrica en Alemania, aproximadamente el 40% de los residentes son “restringidos” al menos una vez.
Uno de cada diez residentes lleva un cinturón de sujeción y/o una mesa fija para evitar levantarse de una silla. Aún así, según los datos del estudio al que me estoy refiriendo y que es de Julio de 2015, cada vez existe mayor diferencia en lo que a uso de contenciones se refiere entre residencias debido a que cada vez más residencias, conscientes de los riesgos que supone el uso de contenciones, lo están limitando o evitando totalmente.
Recomiendo la lectura del artículo “Implementación de una intervención multicomponente para prevenir las restricciones físicas En residencias de ancianos” ya que tiene algunas afirmaciones interesantes como que el uso de contenciones se fundamenta en la "filosofía" o "cultura" de la atención (actitudes y creencias del personal de enfermería es decir) más que en la evidencia científica por lo que un cambio en esa “filosofía” y “cultura” podría repercutir en una reducción en el uso de las mismas o en su total eliminación.
En Inforesidencias hemos organizado ya tres viajes a diferentes ediciones de la Feria Altenpflege. En
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Cama Floor Bed, con el somier a la altura del suelo |
Para acabar, algo que nos llamó la atención en la feria fue la existencia de una Cama/Jaula (el nombre se lo he puesto yo) que, parecida a una cuna de viaje de la que se utiliza con niños pequeños, pero con un techo hace, según me explicó el comercial del stand, que una persona con demencia avanzada se sienta tranquila en un lugar recogido y pequeño (el me habló del efecto nido). La persona en esa cama puede moverse sin restricciones, no puede hacerse daño y, según me dijeron, al ser las paredes de redecilla, al cabo de un rato, deja de verlas y se siente como si estuviese “protegido pero no encerrado”.

Si, después de leerlo hay alguien interesado en probarlo, el precio es de unos 10.000 Euros aunque en Alemania lo alquilan por 40 Euros al día.
Pongo una foto para que cada uno saque sus propias conclusiones.