viernes, 12 de junio de 2009

CRISIS EN EL SECTOR GEROASISTENCIAL

Este principio de junio ha venido marcado por el II Congreso de la Federación Empresarial de Asistencia a la Dependencia, que contó como secretaría científica con eai|consultoria. Que 500 empresarios se encuentren para hablar del sector es ya en sí relevante. Que, durante las ponencias hayan aparecido tan grandes interrogantes se convierte en preocupante.

Unas semanas antes, en las V Jornadas anuales de Inforesidencias.com ya se había puesto de manifiesto la preocupación que tenían muchas residencias de tamaño medio y pequeño por su supervivencia, una vez se aprueben definitivamente los criterios de acreditación de la Ley de Dependencia.

Parece que la gran confianza que se había depositado en la Ley de Dependencia ha sido arrastrada por el vendaval de la crisis. Si hace tres años existía un gran optimismo económico que permitía comprometer elevadas cantidades de dinero en la constitución del SAAD, hoy el sistema empieza a mostrar grietas y parece que no hay argamasa para taparlas.

Una de las dudas que se puso de manifiesto en el congreso de la FED es cuántas plazas residenciales “faltan” o “sobran” en el sistema. Así, de claro y así de contradictorio. Por un lado parece que la aplicación hará necesaria la construcción y puesta en funcionamiento de varias decenas de miles, por otro, según expuso el presidente de AMRTE, hay estudios que indican que existen 100.000 plazas libres en España y que muchas de ellas tendrán serias dificultades para llenarse.

En un congreso de contrastes escuchamos al presidente de la FED pedir la existencia de un marco estable con elementos comunes para todo el Estado mientras que un alto cargo del IMSERSO recordaba que la competencia de servicios sociales es de las comunidades autónomas por lo que la Ley sólo puede regular lo más esencial, el elemento común que es el acceso al sistema. También oímos a los empresarios pedir que se paralice la entrada de nuevos niveles de dependencia bajo el paraguas de la cobertura de la Ley debido a que, según uno de los ponentes, el sistema es hoy insostenible y arrastrará a finales de 2010 un déficit de 14.000 millones de Euros.

Pero, lo que sin duda fue la estrella del congreso y que se incardina directamente con una situación percibida como de crisis fue la utilización que se está dando de la prestación económica para el cuidado del dependiente en el entorno familiar por parte de un cuidador no profesional.

Los argumentos presentados fueron los mismos que ya hemos escuchado en otros foros.

Por parte empresarial:

• Que resulta poco ajustado a la Ley, e incluso directamente, ilegal, que una medida que se define como “excepcional” acabe siendo la que más se está reconociendo.
• Que no resulta lógico poner a los más dependientes al cuidado de personas sin preparación y que en muchos casos son jubilados o personas que trabajan además de cuidar.
• Que esta medida, en vez de generar empleo, lo destruye.

Por parte de la administración:
• Que la inmensa mayoría de dependientes prefieren quedarse en casa siendo cuidados por un familiar y así lo manifiestan. La ley indica que en la redacción del programa individual de atención tienen derecho a participar el dependiente por lo que la voluntad del mismo debe ser tenida en cuenta.
• Que en muchos países, cuando se pone en marcha una Ley de Dependencia los ciudadanos empiezan pidiendo ayudas económicas y después tienden a pedir más servicios.
• Que actualmente no existen suficientes servicios.

Del resto de mesas y conferencias podría destacarse que el sector de la atención a personas mayores dependientes en España está viviendo un momento de zozobra, producido en parte por la incipiente aplicación del sistema de atención a la dependencia (¿Cómo será la acreditación y los requisitos de calidad?, ¿quién asumirá el coste de la capacitación de los gerocultores?, ¿cómo acabará estableciéndose la coordinación sociosanitaria?); por la crisis económica con la consecuente restricción crediticia que afecta a las empresas y entidades (agravada según los empresarios por los retrasos de las administraciones en el pago de los conciertos) y por otros motivos de diferente entidad que confluyen con los dos anteriores.

Pero, aunque podría parecer que todo era derrotismo, entre tantos interrogantes y dilemas, Vicenç Vicente, presidente de la patronal catalana ACRA dio una nota de proporción al recordar que, en todo el tiempo que lleva trabajando en el sector siempre ha oído decir que había crisis por lo que los problemas de hoy son eso, el obstáculo que toca salvar.

Coautores, Quico Mañós y Josep de Martí

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