Cuando Amma y Gerogestión anunciaron en junio de 2005 que integraban sus negocios para crear el tercer operador nacional del sector de la promoción y gestión de servicios gerontológics a casi todos nos cogió por sorpresa ya que, a priori, parecía que eran empresas con perfiles muy distintos. La operación, desde un principio tuvo matices poco comunes ya que, casi siempre, detrás de una fusión se esconde una adquisición y, casi siempre el más grande acaba asimilando al pequeño, transformándose a la vez en el proceso. Por eso resultaba sorprendente que la nueva empresa tuviese su sede en Valladolid y no en Pamplona o que siguiese como director general Benigno Maújo y no alguien de la órbita de Amma. Al fin y al cabo la empresa navarra tenía al principio una participación del 66% en la resultante.
En los últimos días algo ha pasado que ha vuelto las cosas a la ortodoxia de lo esperable, aunque con alguna sorpresa. Primero la salida de Benigno Maújo (director general de Gerogestión antes de la fusión) hizo que apareciesen las inevitables quinielas en las que muchos coincidíamos. Unos días después hemos sabido que las quinielas iban erradas al conocer el nombramiento de Rafael Iglesias, hasta hace poco director general de Sanyres, y el regreso de la sede central de la nueva Amma/Gerogestión a Pamplona.
Y es que muy pocos podían imaginar que la salida de Iglesias de la empresa cordobesa y su sustitución por Javier Romero, pudiera tener algo que ver con los movimientos en la cúpula de la nueva Amma/Gerogestión.
Parece que la opción elegida por los accionistas ha sido la de aumentar el protagonismo de Caja Navarra en la gestión del grupo aunque prefiriendo que el proceso lo lidere alguien que no pueda ser vinculado a ninguna de las empresas fusionadas. Un proceso en el que el mayor reto será sin duda, armonizar dos formas de hacer manteniendo un ritmo de aperturas que, en los próximos años hará multiplicar el número de camas del grupo.
Una incógnita es ahora qué hará Benigno Maújo, un verdadero activo para el sector que ha ejercido en su carrera responsabilidades en el sector público y privado. Tendremos que estar atentos ya que parece que las consecuencias de la fusión pueden seguir produciendo “efectos rebote” en las cúpulas.
Lo que está claro es que en este sector pasa lo mismo que en cualquier otro y que movimientos así, pasada la sorpresa inicial, no son más que síntomas de un proceso de maduración y cambio que nos deparará, seguro, novedades más grandes.
¿Hablaremos el mes que viene de otra sorpresa?
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