viernes, 13 de septiembre de 2019

8 PASOS IMPRESCINDIBLES EN EL PROCESO DE ENCONTRAR LA RESIDENCIA DE TERCERA EDAD ADECUADA



 La mayor parte de personas mayores nunca necesitará una residencia para la tercera edad (residencia de ancianos, residencia de mayores o como cada uno quiera llamarla).  Aproximadamente un 5% sí que la acabarán necesitando y para ellos y sus familiares cercanos desde Inforesidencias hemos elaborado estos consejos que se fundamentan en una consideración previa y seis pasos.

Consideración previa


Una residencia de mayores es un servicio que combina aspectos sustitutorios del hogar, apoyo personal y una cierta atención sanitaria.

Estos servicios generalmente incluyen servicios hoteleros, manutención y apoyo en las actividades de la vida diaria (AVD) con atención profesional las 24 horas además de otros servicios como rehabilitación, fisioterapia, terapia ocupacional y apoyo psicológico. No todas las residencias ofrecen exactamente los mismos servicios por lo que, en el proceso de búsqueda de la residencia adecuada deberemos preguntarnos previamente qué necesita y qué quiere la persona que va a ingresar para lo que resulta fundamental, siempre que sea posible, preguntárselo.

Quizás necesitamos un ingreso temporal en una residencia tras un alta hospitalaria o porque la persona cuidadora habitual no pueda atender al mayor o necesite un respiro.  Es importante saberlo ya que en esos casos valoraremos cosas diferentes que si se busca un ingreso como una solución indefinida.

Ocho pasos en el proceso de búsqueda de una residencia de mayores adecuada


1.     Hacer una lista de lo que es importante para el mayor y la familia


¿Qué es lo que valoramos por encima de otras cosas cuidados de enfermería, comidas, fisioterapia, una conexión religiosa, cuidados paliativo, unidades de cuidados especiales para personas con demencia? ¿Quieres un lugar cerca de familiares y amigos para que puedan visitarlo fácilmente?  Es muy importante que la persona mayor participe en la elaboración de la lista y, si no tiene capacidad para hacerlo, que nos “pongamos mentalmente en su lugar” y nos preguntemos: “¿qué opinaría él o ella?

2.     Pedir consejo. Hable con amigos que sepa han tenido una buena experiencia en una residencia, parientes, trabajadores sociales, personal sanitario y otras personas que le generen confianza y sepan del tema. Escuche qué tienen que decirle.

3.     Entrar en internet: Aunque en internet hay de todo, es bueno acudir a páginas serias como Inforesidencias.com en las que disponemos de buscador de residencias on line; un comparador de residencias y una herramienta muy importante: El indicador de transparencia que permite saber cuan transparente es una residencia, o sea, qué datos comparte en internet (precios, contrato que hay que firmar, cuánto personal trabaja en la residencia e incluso las actas de inspección). Usemos Internet para comprobar las referencias que nos han dado personas en las que confiamos. ¿Ingresarías a un ser querido en una residencia que no fuese transparente?  Después de este paso ya podemos tener una lista de residencias de tercera edad con las que queremos contactar.


4.     Llamar. Póngase en contacto con cada lugar en su lista. La primera impresión es muy importante. ¿Le dan alguna información directamente? ¿Son atentos? ¿Le ofrecen rápidamente poder visitar el centro?

5.     Visitar. Es importante visitar varias residencias y comparar cómo nos han atendido en cada una.  Esto nos puede indicar cómo será la relación con esa residencia y acaba siendo la elegida. Dediquemos un tiempo y fijémonos en detalles de trato. Hablemos con algún familiar que nos encontremos, con empleados y residentes

No tenga miedo de hacer preguntas. Por ejemplo, pídale al personal que le explique cualquier olor fuerte. Los malos olores pueden indicar un problema; los buenos pueden ocultar un problema. Es posible que desee averiguar cuánto tiempo lleva trabajando en la residencia quien se la esté enseñando o dónde se cocina.   Como la confianza es fundamental en la relación entre residencia, residente y familiares, es tan importante conocer las respuestas como saber cómo se toman las preguntas.

6.     Visitar de nuevo. En una página web del gobierno de Estados Unidos introducen un paso diferente pero interesante: Haga una segunda visita sin llamar con anticipación. Pruebe otro día de la semana y otra hora del día para conocer a otros miembros del personal y ver diferentes actividades. Pruebe a ir a la hora de comer. ¿Puede entrar?  Muchas residencias no permiten entrar a familiares durante la hora de las comidas para no molestar a otros residentes, si es así, analice cómo le tratan para darle la negativa.  Como en muchos aspectos, el trato es fundamental.

7.     Elegir:  Después de haber considerado algunas residencias de tercera edad , haber visitados unas pocas hay que dedicar un tiempo a analizar entre todos  los pros y contras de cada una para hacer la elección.  De nuevo, si surgen dudas hay que llamar y aclararlas.  Podemos probar a pedir alguna aclaración por correo electrónico a ver cuánto tardan en contestar.  Al final elegimos la que consideramos la mejor opción.

8.     Entender. Una vez elegida la residencia de mayores que consideramos más adecuada, lea cuidadosamente el contrato (lo mejor es que el contrato esté publicado en la página web y que no tenga que pedirlo.  Las mejores residencias publican su contrato en su ficha de Inforesidencias.com) y el reglamento de régimen interior donde aparecen los horarios y otros aspectos relevantes. Pregunte al director o directora sobre cualquier cosa que no entienda. Pídale a un buen amigo o familiar que lea el contrato antes de firmarlo.  Todas las residencias de España reciben inspecciones de los servicios sociales autonómicos, las más transparentes hacen públicas sus actas de inspección borrando los datos de carácter personal.

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