Desde hace algunos años, cada vez que asisto a una feria dirigida al sector de la atención a personas mayores escucho quejas de los que atienden los stands diciendo que no ha venido toda la gente que esperaban o que el perfil de los visitantes no es el que ellos necesitan.
Parece que la feria soñada por los expositores sería aquella a la que asisten los propietarios de las residencias pequeñas y medianas y los responsables de compras de las más grandes y cadenas. Si además pudiesen venir directivos del sector no residencial (atención domiciliaria, apartamentos para mayores) y los emprendedores con dinero que están planteándose entrar en el sector: “miel sobre hojuelas”.
Lo cierto es que en once meses se están sucediendo la feria Orprocare en Valencia, Avante en Barcelona y Ortoprocare en Madrid, todas ellas con potentes padrinos y la intención de convertirse en “la gran feria nacional del sector”. IFEMA también organizará en 2009 en Madrid otra “gran feria nacional” que, como las otras, intenta convertirse en punto de referencia. Y mientras tanto, otras iniciativas como Firagran en Barcelona, dirigida a personas mayores, han seguido organizando ferias y congresos a nivel autonómico que persiguen atraer a empresarios y al visitante profesional.
Las organizaciones patronales tienen la opción de celebrar sus propios “congresos-feria”, como la FNM u optar por aliarse con alguna de las ferias en pugna pero, mientras tanto, los expositores son cada vez más desconfiados a la hora de contratar stands asumiendo el coste de participar en un evento, y los “visitantes profesionales” dudan si vale la pena desplazarse a Madrid, Barcelona o Valencia para asistir a otro sarao.
Parece ser que en algunos países existen organizaciones que asocian a empresarios y que deciden dónde y cada cuánto se hace la feria de cada sector. Así, todo el mundo sabe dónde y cuándo se celebra el gran encuentro de su sector determinado. Durante ese gran encuentro se pueden suceder presentaciones, actividades paralelas e incluso congresos sectoriales, pero todo alrededor de una gran feria. Por supuesto que existen encuentros de segundo nivel en los que se encuentran profesionales de una zona determinada, pero eso no obsta para que todos (posibles visitantes y expositores) reconozcan cuál es la feria de referencia.
Quizás en nuestra España nos es más propio tener cinco grandes encuentros y que todos compitan entre ellos en una guerra de bonsáis en el que cada cual se proclama el mejor y descalifica a los demás.
¿Sería planteable ponerse de acuerdo para determinar entre todos cuál queremos que sea nuestra feria de referencia e imponer a los organizadores cómo, cuándo y dónde queremos que se celebre?
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