El documento de 40 página no es una norma aunque es algo muy importante porque es la vara de medir con la que la Generalitat decide si una residencia puede o no ingresar nuevos residentes y también debe servir para ver cómo se hacen las visitas y las salidas del centro.
No es que lo que diga la Generalitat sea “lo perfecto” o la receta para evitar contagios. Es sólo lo que en este momento se considera adecuado (por eso estamos en la sexta versión). El problema es que, sabiendo lo difícil que resulta dar cumplimiento a las pautas que se van estableciendo, ¿no sería razonable pedir que facilitasen como mínimo el entendimiento?
Esta mañana alguien en la residencia tiene que poner el documento nuevo al lado del anterior para “descubrir las diferencias”.
¿Sería tan difícil para la administración dejar claro lo que cambia de una versión a otra?
A ver si tonam nota para la séptima edición de las instrucciones.
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