En las Islas Baleares pasa algo curioso
con la “tasa turística”, o sea, esa cantidad que se paga por dormir en un hotel
o en un apartamento turístico.
Como en las Islas el turismo tiene tanto
peso, la oportunidad o no de gravar con unos pocos euros por cada noche que un
turista duerme en un establecimiento se ha ido convirtiendo durante los años en
un caballo de batalla importantísimo.
Para unos, se trata de una forma de hacer
colaborar a los turistas en la economía local de una forma directa ya que el turismo
masivo tiene un efecto claro sobre los lugares de recepción. Para otros es un
ataque a la industria del turismo que la lleva a ser menos competitiva y la
pone en peligro frente a otros destinos.
Tan convencidos están unos y otros de sus
posiciones que, lo primero que hacen cuando se alternan en el gobierno es poner
o quitar la tasa.
La verdad es que a mí esto me parece una
cosa que la realidad ha dado por superada.
Lo digo porque cuando he viajado por Europa y América son tantas las
ciudades en las que se cobra la tasa turística que parece que ya debería
considerarse como parte de la normalidad.
Lo que sí me resulta interesante es cómo
se ve esta forma impositiva.
Durante años sus partidarios se han
referido a ella en Baleares como “ecotasa”, dando a entender que lo que se
recauda con ella tiene que ver algo con la ecología. Es como si te dijesen que si estás en contra
lo estás también del medio ambiente.
Pero ahora la cosa ha dado un giro y
podemos leer en la prensa balear que la nueva tasa turística servirá “para
fines de economía sostenible, medio ambiente y sociales. En este último
apartado las personas mayores con dependencia se verán beneficiadas”.
O sea, que pasaremos de la “ecotasa” a la
“gerotasa”.
Eso ya no me parece tan bien.
En mi opinión no debe haber impuestos que
se dediquen a una cosa en concreto sino una arca pública donde vayan todo lo
que se recauda y unos gobernantes diligentes que prioricen a qué se dedica el
dinero.
Si no se hace así me parece que las cosas
tienden a desviarse.
Si todo lo que se recauda con el tabaco
va a la sanidad, ¿qué pasará cuando baje el consumo de trabajo pero el sistema
sanitario siga costando lo mismo o más?
Lo digo porque sabemos que los fumadores tienden a gastar más en sanidad
pero no lo es tanto que la Sanidad a nivel global cueste menos cuando baja el consumo de nicotina.
Para valorar lo que pasa en las residencias geriátricas de las Islas Baleares
tendremos que esperar un tiempo. A ver
cuánto tiempo dura esta vez el gobierno “pro-tasa”
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